Por primera vez se cuenta la historia que, después de la guerra de 1982, se fue transformado en mito. Infobae habló con algunos de los protagonistas clave que permitieron develar el misterio guardado durante 36 años. Todos confirmaron que la turba malvinense atesora, en un lugar cuya localización se guarda bajo siete llaves, la bandera y los sables del Regimiento de Infantería 25
Mientras el jefe del regimiento les revelaba que en pocos días más participarían de la recuperación de las Islas Malvinas, que una compañía de esa unidad sería la primera en pisar suelo malvinense y que debían prepararse lo más rápido posible para ir a la guerra contra los ingleses, uno de los jóvenes subtenientes sólo atinó a quitarse como pudo el yeso que le mantenía inmovilizada una de sus manos. Temía ser dejado en el continente.
Fue el viernes 26 de marzo de 1982, la unidad era el Regimiento 25 y los oficiales escuchaban al teniente coronel Mohamed Alí Seineldín, acompañado por el jefe de la compañía de ingenieros. En un silencio reverencial atendían las órdenes y las indicaciones que les estaba impartiendo en la sala de situación, donde se imponía la mesa de arena donde se planificaban las acciones.
Ese día se armó la Compañía C. Su jefe sería el Teniente Primero Carlos Esteban. Tendría tres jefes de sección: el teniente Roberto Estevez, y los subtenientes Roberto Reyes y Juan José Gómez Centurión.
Debieron preparar su equipo, ya que en unas horas más partirían. Seineldín les dio una orden que algunos hasta tomaron con fastidio: debían llevar su sable porque iban a ir a la batalla.
El sable es el elemento de mando del oficial, y deberían mandar en combate. El sable le es otorgado al graduado del Colegio Militar de la Nación y en sí es la representación que la Patria otorga para que la defiendan. "En aquel momento nos invadió un halo de mando", recuerda uno de los presentes aquel día.
Otros tenían un sentido más práctico. "Llevar el sable a Malvinas era un chino absoluto. Cuando llegamos todos los pusimos en un lugar y no reparamos en ellos hasta el 14 de junio".
El significado del sable
La simbología del sable es explicada en el sitio web del Colegio Militar. El puño simboliza la verdad y lleva acuñado en su pomo el escudo nacional. El guarda manos ofrece la misma curvatura de origen morisco, escogida por el general San Martín y que representa el equilibrio, la justicia y La Paz. La efigie de Cuzco revela hasta dónde había llegado el ejército libertador. En el nacimiento de la hoja esta Marte, el dios de la guerra y en el reverso la libertad. La hoja lleva grabada la frase "sean eternos los laureles" y la dragona posee una cinta con lazo corredizo, para ceñirla a la muñeca al desenvainar, cinta que si se la despliega cabe la cabeza de un hombre.
¿Cúal es el mensaje de todos estos elementos? "Siempre que desenvaines tu sable, empuñando la Verdad y teniendo al Escudo Nacional como divisa, en defensa de nuestra Libertad, aunque te empeñes en la Guerra, las más caras y gloriosas tradiciones nacionales te protegerán la mano. Tuya será la victoria y eternos serán los laureles pero piensa que atado a tu muñeca llevas un juramento prendido que te recuerda: ¡Más vale morir ahorcado, que traicionar a la Patria!"
Para entender por qué los oficiales del Regimiento 25 debieron llevar sus sables es preciso conocer al jefe que impartió semejante orden. Mohamed Ali Seineldín era teniente coronel y todos coinciden en destacar su capacidad de liderazgo.
Algunos de los que estuvieron bajo su mando le comentaron a Infobae que "el Turco te decía: 'Regimiento de Infantería especial'. Y sabía que cada hombre se sentía especial. Y se preocupaba por su entrenamiento y por su formación".
Otro explicó que "Seineldín tenía porte de soldado; era un referente para los oficiales del 25 y de toda la guarnición en Colonia Sarmiento. Destacaba a los oficiales del ejército japonés que habían ido a combatir en la Segunda Guerra Mundial con sus espadas de samuráis, y él quería mantener esa simbología".
"Nos sometió a un entrenamiento fenomenal. Sabía que en las islas íbamos a estar solos y que nos veríamos obligados a tomar nuestras propias decisiones. Él nos preparó para eso. Seineldín fue un soldado que formó soldados", describen. "Poseía un sentido espiritual muy profundo, que daba fuerza en el combate. Transmitía grandes valores en pequeños gestos".
El Trompeta
El sábado 27 de marzo fueron en avión a la base aeronaval Comandante Espora y al día siguiente, a la salida del sol, embarcaron en la flota. La misión consistía en hacer la recuperación, la infantería de marina se replegaría y el Regimiento 25 quedaba como único guardián de las islas, con Seineldín como jefe
**Todos los días se izaba la bandera y cuando los hombres estaban en medio de un feroz bombardeo británico, Seineldín hacía tocar “A la carga” con un trompeta y convertía un hecho intimidante, en uno que generaba estímulo de pelea**
Como es sabido, el grueso del 25 fue destinado a Puerto Argentino. Y aunque nunca hubo combates en la capital de las islas, éste era un punto probable que los ingleses podrían elegir para desembarcar. Seineldín decía que "cuando desembarquen acá en la playa y ya no demos más -le dijo a un joven subteniente- usted va a llevar la bandera del regimiento, y mientras el cabo primero Tabares toque 'A la carga' con la trompeta, yo iré con el sable y la pistola".
Porque Seineldín también llevó un trompeta. Era la única unidad en Malvinas que lo hizo. Era el Cabo Primero músico de 19 años René Omar Tabares. Tenía a su cargo izar y arriar la bandera del regimiento en el mástil que estaba cercano a la casa del gobernador. Intervenía con su instrumento en la rutina típica de la vida de cuartel. También era convocado para participar en ceremonias más dolidas, como eran el entierro de soldados argentinos.
"Todos los días hacía tocar diana y cuando los infantes estaban a merced de un ataque aéreo inglés, Seineldín le hacía tocar 'A la carga' a Tabares. Y con 'A la carga' venían los gritos, los fuegos reunidos y convertía un hecho intimidante, en uno que te generaba estímulo de pelea. Y ese era el Turco. Esa era su naturaleza de mando", recordó uno de los oficiales.
Paradojas del destino: Seineldín, preparado para la pelea, no disparó un solo tiro ya que con el grueso del Regimiento 25 tenía a su cargo la defensa del aeropuerto de Puerto Argentino donde los ingleses se empeñaron en bombardear su pista, pero no elegirían ese punto para desembarcar. Uno de los oficiales que combatió a los ingleses en Darwin dijo que "eso lo vivió con una entereza enorme. Estuvo en el pozo hasta el último día. Se comió todas las bombas durante toda la guerra. Fue muy frustrante. Y nuestras secciones entraron en combate en forma muy desproporcionada en lugares muy aislados unos de otros. Pero eso es la guerra".
La jura a la bandera
Cuando pisaron suelo malvinense, los soldados conscriptos clase 63 del 25 no habían jurado aún la bandera. Debían hacerlo. Se organizaron dos ceremonias. Una en Puerto Argentino el 24 de abril, mientras que en Darwin tuvo lugar la segunda el 25 de mayo. En el helicóptero Bell UH-1H AE 409 de Aviación de Ejército Seineldín con su cuerpo de oficiales, sus sables y la bandera del Regimiento volaron hacia ese punto. Y con ellos, por supuesto, el trompeta Tabares.
El Regimiento 25 tuvo una destacada actuación en la guerra. No solo fue la única unidad de Ejército que participó del desembarco, sino que luchó contra los ingleses en San Carlos cuando éstos establecieron la cabeza de playa y además efectuaron el contraataque a Darwin.
Tuvieron 12 bajas: siete soldados, cuatro suboficiales y un oficial. Y 35 de sus integrantes recibieron medallas. La Cruz La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate, que es la más alta condecoración, integrantes de Ejército recibieron siete y dos de ellas fueron para el Teniente Roberto Estévez (post mortem) y para el subteniente Centurión, ambos del 25.
Una misteriosa ceremonia
Algunos dicen que fue el 15, otros el 16. Acuerdan que fue posterior a la rendición. Seineldín ordenó a un capitán de logística juntar los sables de los oficiales de su unidad y los hizo llevar al aeropuerto. Luego de realizar una formación en la que se arrió la bandera del Regimiento, a un oficial le cupo la tarea de recortarle el sol.
"Era una bandera histórica, la que Juan Domingo Perón, como presidente, había obsequiado a la unidad en 1947 cuando el 25 era la Agrupación Motorizada Patagonia".
También se le separó el escudo nacional y la moharra, que es la punta metálica que coronaba el asta.
**Luego de realizar una formación en la que se arrió la bandera del Regimiento, a un oficial le cupo la tarea de recortarle el sol, el escudo y quitar la moharra. Hoy estos objetos se guardan en el museo del Regimiento 25 en Colonia Sarmiento, Chubut**
Cuando tuvieron todos los sables, fueron cubiertos con el paño de esa bandera sin sol. Luego los envolvieron en un plástico al que ajustaron con cinta de embalar. Seguidamente, con una manta se arrolló ese paquete y repitieron el procedimiento de la cinta. Una vez realizada esta tarea, lo ajustaron dentro del recipiente usado para transportar munición de 105 milímetros. El recipiente se selló con cinta y posteriormente se envolvió en plástico, que volvió a ser asegurado de la misma manera. Todo fue introducido en un cajón de munición y vuelto a cubrir con plástico asegurado con más cinta.
Los soldados del Regimiento 25 escogieron un lugar secreto en las islas para enterrar los sables y la bandera. Allí juraron volver para recuperar las islas y los objetos que quedaron en la turba malvinense
Escogieron un lugar de las islas que los testigos a lo largo de los años lo visitaron y que aseguran que está tal cual lo dejaron en junio de 1982. Su localización exacta aún se mantiene en el máximo secreto.
Allí Seineldín, junto a algunos de sus oficiales, enterraron ese paquete en una suerte de ceremonia muy reservada. Alrededor del pozo que habían cavado, les hizo juramentar que sus hijos o bien sus nietos serían los encargados de regresar a las islas a desenterrarlos para volver a recuperarlas. "Tienen la obligación de hacerlo…", insistó. Y taparon el pozo.
Otros sables, otros destinos
No todos los sables fueron enterrados en esa misteriosa ceremonia. Hubo otros casos en que esas armas fueron voladas junto con las posiciones que ocupaban las fuerzas argentinas. Asimismo, se inutilizó todo el armamento posible, haciendo detonar granadas en las bocas de los cañones y tirando partes de armas al mar.
Años después, cuando el hermano de un oficial veterano del 25 visitó Malvinas, se propuso recuperar el sable que había enterrado en su posición, cercano al aeropuerto. En compañía de un kelper muñido de una pala, fue guiado vía celular. La clave estaba en partir del lugar exacto donde al inicio de la guerra habían emplazado una virgen, en una de los tantos puntos defensivos. Estaba "a siete pasos al oblicuo izquierdo y a un metro de profundidad", aún recuerda. Pero no tuvieron suerte.
Otro oficial relató que "no íbamos a permitir que los sables los entreguen o los tiren; yo enterré el mío junto con mi pistola y otros efectos personales, soñando que algún día nos podía ser útil porque las íbamos a volver a buscar".
Menos suerte tuvieron aquellos sables que terminaron en vitrinas de museos militares en Gran Bretaña o en poder de ingleses, como trofeos de guerra.
El que quiera apreciar el sol que había sido recortado de la bandera de guerra del regimiento, puede contemplarlo en un cuadro en el museo del Regimiento 25 en Colonia Sarmiento, provincia de Chubut.
El resto de la bandera aún está de guardia en las islas, bajo la turba. Como los sables.
INFOBAE-Sociedad
Por Adrian Pignatelli
Las historias de la guerra siguen saliendo a la luz, como la de los argentinos que engañaron a los ingleses durante el
conflicto utilizando caños de PVC que simulaban cañones, estrategia que logró que no se produjeran bajas en un regimiento de más de 200 soldados.
"Hoy es una fecha dolorosa, pero me quedo con el hecho de que, desde hace 37 años, los
integrantes de mi compañía tenemos una cita de honor en el mes de octubre cada año, cuando nos reunimos en alguna parte del país a celebrar que todos volvimos
vivos de Malvinas", dice Minorini Lima, autor del libro "Malvinas, honor y recuerdo imborrables", en diálogo con Télam.
Al veterano, master en sensores remotos y especialista en interpretación de imágenes, se le ocurrió una idea durante la guerra
que protegió del fuego inglés a sus subordinados.
"Todas las mañanas un avión fotográfico de exploración inglés nos tomaba imágenes. Como soy fotointérprete, yo sabía lo que
buscaban. En la estancia donde estábamos alojados había un galpón lleno de caños de cloacas de PVC negros y se me ocurrió utilizarlos para simular cañones ya que no contaba con artillería",
recuerda el militar retirado.
De esta manera, armaron una posición de defensa con piezas
de artillería simuladas que, todas las noches, era bombardeada por los ingleses, mientras los integrantes de la compañía se encontraban a resguardo, muy lejos de ese
lugar.
Cada mañana, reparaban los daños de la noche, reponían las piezas de artillería, rellenaban los tambores con combustible para
que explotaran ante las bombas inglesas, cambiaban las posiciones de los tubos de PVC y cubrían todo con redes de enmascaramiento. "Eso nos salvo la vida", asevera con
convicción.
"Según datos ingleses, recibimos más de 3.000 cañonazos y, gracias
a los blancos simulados, volvimos sin bajas, solo con dos heridos", señala orgulloso de su regimiento que, en un principio, contaba con 130 hombres, pero se fue incrementando hasta llegar a más
de 200, con sobrevivientes que llegaban de otras posiciones.
Sobre el día de la rendición, recuerda: "Me llamaron por radio desde Puerto Argentino y me dijeron que al día siguiente debía
presentarme en una fragata inglesa para coordinar el regreso al continente, con todo nuestro equipo y armamento".
Cuando se presentó ante los militares ingleses, le preguntaron si tenía heridos entre sus filas para enviarle apoyo sanitario.
"Cuando les dije que no, se sorprendieron y me dijeron: '¿los bombardeamos durante todas las noches y no tienen heridos?'. No lo podían creer", recuerda.
Minorini Lima continúa el relato: "Entonces, el militar inglés me pregunta: ¿pero al menos le
destruí los cañones? Cuando le conté que no tenía artillería y que eran cañones simulados, puso una cara de asombro increíble, y enseguida llamó al oficial de
artillería a cargo del bombardeo de todas las noches para que le contara".
"¡Lo que le costaron a la Reina esos cañones!", le dijo el oficial, entre risas y el asombro de los militares ingleses por la
picardía de los argentinos.
Los integrantes de la Compañía de Ingenieros 9 se encuentran todos los años, para el feriado del 12 de octubre, en algún punto
del país como una "cita de honor". Este año toca en Paraná. Tienen un grupo de WhatsApp con el nombre de la compañía y están en contacto casi diario.
Entre los integrantes está el también coronel retirado Ricardo Jaureguiberry, quien recientemente recuperó su sable que había
quedado en Bahía Fox, tras la rendición argentina del 14 de junio de 1982, y fue conservado por un oficial inglés durante 37 años
"Fueron soldados de fierro. Se aguantaron 3.000 cañonazos y no aflojó ninguno", remarca Minorini Lima, en un aniversario
"doloroso y especial" mientras revisa fotos de los días en las islas que lo marcaron para siempre.
El Sargento Rovedatti, del RI 7, fue intensamente afortunado. Había logrado que su hijo conscripto, destinado en Malvinas, fuera reubicado en su propia sección. Compartian la misma trinchera, las mismas vigilias y las mismas comidas. Y cuando empezaron a arreciar los bombardeos ingleses, el suboficial se arrojaba sobre su hijo y lo cubría con su propio cuerpo, hasta que pasaba el peligro. El resto del tiempo lo "bailaba" más que a los demás, para que nadie pensara que había favoritismo.
Los Rovedatti, FAL en mano, una historia de amor paternal.
“Un hombre del escuadrón de buzos tácticos, con la cara pintada, camuflaje utilizado para los desembarcos nocturnos, va a continuar su misión: tratar de sofocar algunos focos de resistencia en varias estancias de la isla Gran Malvina”.
(Página 52 del número 872 de la revista “Gente”, del 8 de abril de 1982).
...
El hombre de la cara pintada es Horacio Núñez, un correntino de Ituzaingó, protagonista directo de la recuperación de las islas, en el amanecer del 2 de abril.
“Estuve en la toma del cuartel de los royal marines; luego, apoyamos al grupo que luchaba en la casa del gobernador y después embarcamos a los prisioneros ingleses”, evoca el por entonces cabo primero, hoy suboficial retirado.
Con la revista en sus manos, Núñez se sumerge en aquella mañana en la que el fotógrafo de “Gente” Rafael Wollmann lo perseguía en busca del primer plano.
“Como no quería saber nada de una foto, siempre trataba de darle la espalda, pero a eso de las 10, poco después de la rendición, un compañero me llamó, me di vuelta y ahí me capturó”.
Núñez tenía 24 años, llevaba 6 años en la Armada y hacía el curso de comandos anfibios cuando, el 28 de marzo, en Puerto Belgrano se subió al buque “Santísima Trinidad”, pensando que se trataba de una operación relacionada con el conflicto con Chile por el canal de Beagle.
“Recién durante la navegación nos enteramos de cuál sería nuestro destino. El 2, recibimos la orden de desembarcar, de tomar pacíficamente las islas y de ocupar, como primer objetivo, la radio, para que los pobladores, al despertar, se enterasen de lo que estaba pasando. Cuando se comprobó que los ingleses nos esperaban, se cambiaron los objetivos; por eso atacamos el cuartel de los royal marines, la casa del gobernador, el aeropuerto y el faro. Ese mismo día, volvimos al continente. Cuando quisimos regresar para un contraataque, ya no pudimos”.
Para Núñez, el drama empezó después de la guerra, cuando sufrió el rechazo de “una sociedad que tardó mucho tiempo en darse cuenta de que los soldados no teníamos nada que ver con aquel gobierno, pero fue tanto el padecimiento que llevó a muchos veteranos al suicidio. Después, pasaron los gobiernos; unos no hicieron nada, otros un poco y el de ahora bastante más, con un reclamo más fuerte”.
Casado con una uruguaya y padre de un hijo, el buzo correntino de la cara pintada hace 30 años que vive en Bahía Blanca.
Cuando el ingenio estaba a la orden de la batalla
Viendo que los ingleses se acercaban a Darwin, y que nos habían destruido varios aviones propios, nos dedicamos a "fabricar" más defensas. Con los Suboficiales mecánicos, colocamos una lanzadora de cohetes (LAU-61)de los Pucará sobre el techo de un tractor que la accionábamos con su propia batería… lo llamamos "el tractor misilístico".
Se trataba de un tractor Ford de 90 hp y fue el ingenio mas empleado gracias a su movilidad.
Al principio se fue probando con dos y hasta con tres coheteras,lo cual hizo que el techo fuera cediendo a causa del sobrepeso,incluso se llegó a colocar un caño por dentro apuntalando la estructura del techo .
La inclinación de disparo se obtenía levantando las ruedas delanteras con tacos de madera.
Y el ingenio dio para mas,también se colocó una cohetera en una vieja y pesada carretilla,que los pobladores la utilizaban para transportar la turba necesaria para calefaccionar,esta "carretilla misilística",por su mejor maniobrabilidad,podía acceder a sitios difíciles de terreno donde el tractor no podía.
A otra la pusimos sobre el techo de un gallinero, siempre usando las piezas de los aviones destruidos. Desmontamos también las ametralladoras calibre 7,62 mm y fabricamos soportes con lo que conseguíamos.
También con algunos tubos y maderas se hicieron piezas móviles, las cuales disparábamos usando viejas pilas de 1,5 volts. Todo este armamento fue distribuido estrategicamente, a la espera del avance inglés.
Efectivamente, el día 28 de mayo, cuando sobrevino el ataque final a nuestra base de Darwin, todas estas improvisadas armas fueron usadas. Con las coheteras
móviles y la del tractor se dispararon más de 200 cohetes hasta que se nos acabaron. Allí lucharon muchos héroes anónimos, los Suboficiales de la Fuerza Aérea." El efecto de nuestras armas debe
haber sido efectivo ya que nos mandaron 3 Harrier para silenciarnos, pero sus bombas fueron mal arrojadas y no nos tocaron".
Montada sobre un afuste de circunstancia,una LAU-61,observen que ya habían ideado un disparador, con una llave del panel del avión,y encintado (cinta aisladora azul) las pilas,era necesaria una de EVEREADY DE 1,5 VOLTS,pero por las dudas agregaban dos o tres mas,el angulo de disparo lo lograban con ese caño debajo del afuste,que no era mas que una mesa de metal dada vuelta,que se le acortaron las patas delanteras y la LAU-61 esta agarrada con una cinta de amarre de carga.
A un gato portabombas se le aplicaron 3 LAU-61.
Con el gato no habia problemas de azimut y elevación,ya que funcionaba hidraulicamente.
Una verdadera maquina de lanzar cohetes,estaba montada sobre un carro (dolly) para darle movilidad.
Ya en los días finales de la guerra se colocó una cohetera en lo alto de un tobogán,recostada sobre una caja de manzanas y fuertemente amarrada con alambre.
La escalera servia a los armeros para alimentar a la LAU-61.
Este improvisado artilugio,al que se le llamó "el tobogán cohetero",fue levantado y apuntado fijamente, con el fin de frenar el avance británico a la capital de la isla.
El Vicecomodoro Rubén Sassone egresó como Alférez en el año 1979. Piloto de caza. Durante su carrera voló los IA – 58 "Pucará"; Mirage III; Douglas A4 "Skyhawk"; Morane Soulnier MS 760; Douglas DC 3 y planeadores acumulando más de 3800 horas de vuelo a la fecha. Fue Instructor de Pilotos de Caza, Profesor - Asesor en la Escuela Superior de Guerra Aérea, Jefe de Escuadrón Aéreo y Jefe de Operaciones de la III Brigada Aérea. Actualmente se desempeña como Jefe de Prensa del Estado Mayor Conjunto de las FF.AA.
. Por su desempeño en Malvinas (acciones en combate) fue condecorado por el Congreso de la Nación, y obtuvo la Distinción de 1era. Clase otorgada por la Fuerza Aérea Argentina.
Las Fuerzas Armadas argentinas tuvieron que desarrollar su creatividad para acortar la gran diferencia tecnológica que les separaba del ejército ingles, y para ello contaron con su ingenio, su empeño, y con una máquina de hacer tallarines.
Para defender un avión de los misiles, las aeronaves propagan una nube de pequeñas y delgadas piezas de aluminio, fibra de vidrio metalizada o plástico metalizado, que se denominan “chaff”, y que consiguen perturbar y apartar los misiles guiados por radar de su objetivo.
Los bombarderos argentinos Canberra (fabricados, por cierto, en Inglaterra) no contaban con esas defensas o señuelos antirradar, tan necesarios para confundir los sistemas de guiado de los misiles ingleses.
Pero en la imaginación de los mandos de la Base Aérea en Trelew, donde se encontraban desplegados ocho de los Canberra, ya estaba madurando una idea…
El Mayor Fernando Rezoagli, en un relato personal, cuenta que reunió en su casa a los compañeros del colegio de secundaria de su hijo y les entregó varios rollos de papel de aluminio y tijeras. Durante horas y horas cortaron láminas hasta que se alcanzó un volumen considerable, pero no era suficiente y había que buscar otra forma más rápida de cortar las tiras.
Entonces observaron que las laminillas tenían el ancho de un tallarín.
Un día, el sorprendido personal de la fábrica de pastas “Vía Nápoli” de la ciudad de Paraná, vio llegar a varios hombres de la unidad con rollos de papel aluminio… y su máquina cortadora fue la encargada de realizar la primera prueba.
Tras el éxito, se comenzó a trabajar a destajo con una cortadora de tallarines que fue facilitada a la unidad.
Mientras tanto, también se trabajaba en el diseño de los lanzadores de los “chaff” y en la preparación de bengalas.
Para los lanzadores se utilizaron los cartuchos de arranque de los aviones. En los cartuchos se colocaba primero la bengala con un paracaídas, luego se rellenaba con las tiras de aluminio y finalmente una tapa plástica.
Afianzado el método y el sistema de lanzamiento, los Canberra ya estaban preparados para realizar misiones.
Los aviones realizaron 35 vuelos, 25 de ellos durante la noche contra tropas de tierra. Se perdieron dos aviones: uno fue derribado el 1° de mayo de 1982 por un Sea Harrier y el otro el 13 de junio por un misil Sea Dart lanzado por el HMS Exeter.
Los únicos dos aviones Canberra derribados fueron los que no pudieron lanzar los “chaff” fabricados por la “tallarinera”.
El 21 de Mayo el entonces teniente Aviador Militar de Ejército Horacio Sánchez Mariño a los mandos del helicóptero Bell UH-1H AE-418 emprendía una misión para dejar comandos en las cercanías de Monte Kent.
En ese momento fue interceptado por una PAC de Harriers que sin poder derribarlo, lo obligaron a realizar un aterrizaje. Tras abandonar sus ocupantes al helicóptero por seguridad, uno de los Harriers disparó su dotación completa de cohetes volviendo a errar al blanco y sin consecuencias para los tripulantes.
Algunas de las esquirlas dañaron las palas del rotor principal que fue posteriormente reparado en el lugar ¡usando adhesivo Poxipol !! lo que le permitió al helicóptero seguir operando hasta finales de la contienda.
La Estación de escucha de Noruega jugó un papel importante en la Guerra de las Malvinas
Durante la Guerra de las Malvinas de 1982 fue la información vital de la Gran Bretaña sobre el movimiento de la marina argentina a partir de una estación de escucha
noruego dirigido por los servicios de inteligencia de las Fuerzas Armadas noruegas.
Esta información nueva y sorprendente sale del documental "Guerreros Secretos" de Brenkpunnt de NRK, que se centra en el servicio de inteligencia de Noruega PARA /
E.
Fauske II fue la primera estación de escucha secreta luego de Fauske en Nordland que se hizo de información sobre los movimientos de la flota argentina. La
información fue "robado" a los satélites espía soviéticos que eran los únicos bajo vigilancia que estaban posicionados en la zona de guerra del Atlántico Sur. Las potencias occidentales como los
EE.UU. y Gran Bretaña no tenían cobertura dedicada de satélite sobre las Islas Malvinas en 1982.
Una alta fuente militar británica habló con Brennpunkt para caracterizar la información recibida de los británicos por unidad Fauske como "de valor
excepcional".
¿Se utilizó para la guerra?
Cuando estalló la guerra que teníamos casi nada de la inteligencia de esta zona. Fue aquí donde tenemos la ayuda de los noruegos, que nos dieron una corriente de
información sobre los buques de guerra argentinos. La información llegó a nosotros todo el tiempo y se fue directo a la sede de la guerra en Northwood, cerca de Londres. La información se
actualiza continuamente y nos dijo exactamente donde estaban los buques de guerra argentinos ", dijo.
El enfoque que se ha dado a esta información confirmada por varias fuentes centrales de inteligencia de Noruega.
Uno de los buques de guerra fue el crucero argentino "General Belgrano". El 2 de Mayo de 1982, este crucero hundido por un submarino británico de los británicos declararon la zona de guerra por las Islas Malvinas. 323 de la tripulación perecieron. Ya sea que el crucero fue hundido en base a la información proporcionada por Noruega no puede ahora decir con certeza.
"Robado" a los rusos
La estación de escucha Fauske II está situado en la península fuera Vetan Fauske en Nordland. Desde mediados del siglo 60, la estación ha tenido como uno de sus
principales tareas consiste en recoger las señales hacia y desde los satélites de vigilancia soviética y de Rusia. De esta manera, la estación ha sido capaz de reconstruir lo que ha fotografiado
como objetivos y las áreas que los rusos han estado particularmente interesados.
El satélite ELINT ruso
Otros tipos de satélites rusos han capturado las señales electrónicas a partir de señales de radar sobre el terreno se han incluido. A los operadores de servicios de
inteligencia de Fauske II han sido capaces de leer estas señales y trazar la posición exacta de los buques.
Durante la Guerra de las Malvinas la información vital, por el conocimiento de Brennpunkt, fue redirigida al Reino Unido que los utilizó en la guerra. Ambas partes
sufrieron graves pérdidas en la guerra naval alrededor de las Islas Malvinas. Además del "General Belgrano" fue una serie de pequeños buques de guerra argentinos y submarinos hundidos o
seriamente dañados. Además, los británicos sufrieron grandes pérdidas - incluyendo los destructores "Coventry" y "Sheffield", hundido por aviones argentinos.
Aún en pleno funcionamiento
Es la situación geográfica de la estación de escucha Fauske II, dentro de la cuenca electrónica de los satélites de Rusia, que le hace capaz de ejecutar este tipo de
actividades de inteligencia. Originalmente, la parte emisora de una cadena de cinco estaciones de escucha en todo el mundo que se reunieron en las actividades espaciales soviéticas. Las otras
cuatro estaciones, que se encuentra en Japón, Pakistán, Turquía y Alaska en los EE.UU. están actualmente cerrados. Fauske II, sin embargo, ha sido considerablemente ampliado y mejorado en los
últimos años y todavía está en pleno funcionamiento.
Ningún representante del Servicio de Inteligencia de Defensa hizo comentarios sobre la información Brennpunkt sobre el papel de la estación de Fauske en la Guerra de
las Malvinas.
Fuente: Norsk lyttestasjon viktig brikke i Falklandskrigen - Brennpunkt - NRK
Su foto dio vuelta al mundo. Fue tapa de la revista Gente y de otras de distintas partes del mundo cuando la Argentina recuperó las Islas Malvinas el 2 de Abril de 1982. Con una pistola ametralladora y el rostro enmascarado, el SMIM en aquel entonces, Cabo Principal formaba parte de la Agrupación Comandos Anfibios de la Infantería de Marina, una agrupación de elite que hiciera el desembarco y tomara las Islas perdiendo la vida en combate el Capitán Giachino. Batista vive en Colón, y allí lo entrevistamos.¬
Por Fabián Miró
fmiro@eldiadegualeguaychu.com.ar
Lo recordábamos de uniforme y resultó extraño verlo de civil. Jacinto Eliseo Batista nos recibió en su domicilio en la
ciudad de Colón, ya retirado de la fuerza pero no jubilado, como se ocupara de aclararlo en más de una oportunidad. Batista integró el grupo de comandos que desembarcó en las islas en la noche
del 1º de abril de 1982.
Ingresó a las FFAA en 1965, clase 50. Cumplió los 15 años en la isla Martín García,
donde se alistó en la fuerza naval. Quería el cambio a la Infantería de Marina, pero entre tanto, surgió la posibilidad de incorporarse al rompehielos San Martín. Trabajó como explosivista, luego
ingresó a la Escuela de Suboficiales. Su carrera continuó normalmente y en el año 2002 fue encargado de la fuerza.
Sobre la toma de Malvinas, le preguntamos:
- ¿Cuándo se realizó exactamente el desembarco?
- A las 21 hs del día 1º, aproximadamente. La agrupación de Comandos anfibios más algunos buzos tácticos habíamos embarcado en la Santísima Trinidad y se
desembarcó en Playa Verde. Buscamos aproximadamente la playa a las 22 hs pisando suelo de Malvinas
- Hubo resistencia.
-
Inicialmente no, porque se evadió la fuerza que nos estaba esperando. En un lugar que inicialmente teníamos como desembarco había una ametralladora con 3 ó 4 hombres que nos estaban
esperando. Pasamos a muy poca distancia de ese grupo de ametralladoras. Mi misión concreta era hacer de guía de desembarco y una vez en tierra, continuar como explorador. La fuerza que
normalmente está en misión de combate tiene un explorador, detrás va el navegador - que en este caso fue el suboficial Camargo (actual suboficial principal) - y después viene el resto. Nosotros
íbamos junto con el grupo de Giachino hasta un punto en el cual se hacía un desvío. La unidad de tareas de Giachino se dirigió a la casa del gobernador y el grueso se
dispuso a tomar el cuartel de los marines ingleses. A lo largo de la noche, durante la aproximación, hubo que rehacer la navegación terrestre porque no desembarcamos en la playa que
habíamos elegido originalmente, sino más a la izquierda.
Batista elogió el trabajo del
navegante: “Espectacular. Fuimos comprobando los puntos a través de la navegación perfectamente en la noche oscura que tuvimos. Pasamos a muy poca distancia del grupo de ametralladoras que nos
estaba esperando en la playa. Pedimos autorización para tomarlos, cosa que fue denegada, primero porque no tenía que haber bajas y segundo porque no querían que se devele la operación. Pero los
ingleses ya sabían que habíamos lanzado el desembarco, porque cuando subí a la cubierta de la fragata para que me baje la grúa junto con el bote, observé un montón de luces, y una que
se reflejó en el agua, lo que me dio la pauta de que lo que estaba a muy corta distancia de la playa era un Jeep con 4 hombres y una ametralladora, esperándonos”.
- ¿Todos con visores nocturnos?
- No, el único que a partir de la playa tenía visor nocturno era yo. Por eso era el guía de la agrupación, el explorador. El
explorador va adelante, siguiendo a su vez al navegante, que es el que va siguiendo el rumbo marcado; uno se maneja sin hablar nada. Después de pasar las ametralladoras, vino un jeep, creo que
con 3 ó 4 hombres. Hice rodilla a tierra y el vehículo pasó a muy poca distancia, quedando el grupo cubierto por un pastizal muy alto. Zonas con turba dificultaron la marcha y cedía el terreno.
Había previsto eso, y bajé sólo con municiones, granadas, elementos de combate, dejando la mochila y la ración. Estábamos muy bien entrenados llegamos perfectamente. Una vez que se izó la bandera
en el cuartel, nos dirigimos al tiroteo en la casa del gobernador.
Fui con otros suboficiales adelante de la agrupación, y en la primera casa ya habíamos quedado combinados que íbamos a hacer combate de localidad; por lo tanto, rodeamos la casa. Fui por el
frente y tomé a un francotirador de los ingleses que nos estaba esperando. Se sorprendió porque lo agarré desde atrás de una ventana. El soldado en cuestión estaba cubriendo el camino
por donde venían los nuestros. Lo saqué afuera, lo dejé cuerpo a tierra, tiré la munición y el fusil e hice una señal de apoyo para que lo cubrieran por el fuego. Seguí adelante; hasta ese
momento se escuchaban pocos disparos. Muy próximo a la casa del gobernador había unos matorrales muy tupidos y pastizales. Y un caminito donde habían puesto trampas cazabobos. Tomé entonces a dos
Royal Marines que nos estaban esperando con todo. Se veía que estuvieron toda la noche aguardando nuestra llegada bien pertrechados y armados. Esta gente se sorprendió mucho. Luego,
dejé a los prisioneros a cargo de otro comando que vino un apoyo y seguí hasta la casa del Gobernador. Al aproximarme más, vi mucha gente en posición en la línea tamarisco y me puse en la misma
línea de ellos. Encontré a 4 personas, una de ellas el segundo jefe de Marines, en un descampado al lado de la bandera, saliendo de la casa del Gobernador. Los cubrí con la ametralladora y le
pedí que se acercaran. Uno de ellos le pedía a sus subordinados que salieran y dejaran las armas, pero no le respondían favorablemente. Entonces, pedí apoyo a nuestra agrupación que estaba
desplegada totalmente; me puse del otro lado del segundo jefe de los Marines, y en ese momento, los ingleses entregaron las armas. Vi en ese momento a los heridos, el Capitán
Giachino, el Teniente de Fragata García Quiroga y el Cabo Segundo Enfermero Urbina. No me pareció que era tan grave lo de Giachino, porque era el que más conciente estaba. No se quejaba. Le toqué
la cabeza y le dije: "qué te pasó, Pedrito”.
“Vimos que estaban los ingleses quemando
documentación, así que le saqué de la parca (campera de abrigo) una carta de operaciones al comandante británico. Me reuní con nuestro Jefe de Operaciones, el Capitán Robles, y le informé de la
situación y los heridos.
Un grupo de oficiales los llevó en un jeep hasta el buque hospital. Giachino tenía una herida en la femoral y lamentablemente se desangró. Estaba muy pálido pero bien consciente. No
pudimos salvarlo a tiempo.
Cumplió con su misión
Batista fue claro al referirse al Capitán Giachino, muerto en la toma de Malvinas.
“Giachino cumplió con su misión, que era tomar la casa del Gobernador. Sufrió una emboscada; estaban tirando del otro lado, desde arriba. No fue Giachino solo, ya
que si se mira bien en las fotos de la casa del Gobernador, había agujeros de todos lados.
Giachino era una persona muy calma, así que no creo que haya ocurrido un apresuramiento. Era una persona que siempre iba al frente.
-
¿Cuando se les avisó que esta era una operación real?
- Cuando estábamos en altamar. Nos mostraron fotografías aéreas y nos dimos cuenta
de que era una situación real, aunque algo preveíamos porque en la agrupación veníamos haciendo muchos trabajos con botes, navegación nocturna, salida del agua teniendo en cuenta el ruido de los
motores, ver si se escuchaba o no...
- ¿Hubo apoyo satelital?
- Nada. Fotografía
aérea había algunas, cartografía pocas.
- ¿Ninguno de ustedes había estado en Malvinas con anterioridad?
- Que yo sepa, no.
Alguien cambió lo planeado
- La orden fue
contundente: no tirar.
- Así es, evitar por todos los medios producir bajas.
-
Algo muy difícil en una situación bélica real...
- Vamos a partir de una base. La “operación Rosario” fue una operación anfibia
impecable desde el punto de vista táctico. Se cumplió el objetivo: no producir bajas enemigas, izar la bandera argentina y dar tiempo a negociar. Lo que pasó después es otra historia que habría
que preguntársela a los señores que cambiaron lo planeado, porque todo terminaba con la “operación Rosario”. Parece que se cambió todo sobre la marcha y no se previeron muchas cosas,
porque si realmente se hubiese pensado en un primer momento resistir hasta lo último, la flota inglesa posiblemente no hubiese llegado a Malvinas porque a la altura de Brasil hubiera tenido que
empezar a recibir el bombardeo de la Fuerza Aérea Argentina. Y si realmente se hubiese tenido la certeza que se iba a defender hasta lo último, se tendría que haber fortificado la
isla. Nosotros tenemos el cañón Sofman de 155 mm con un alcance de 18 kilómetros y teniendo en cuenta la topografía de Malvinas, con ingenieros, poniendo a funcionar las fábricas de
cemento, maquinarias y llevando todo eso a Malvinas y haciendo fortificaciones reales para una defensa costera, creo que nunca hubiesen desembarcado, porque incluso sin nada de ello se les dio
muy buena batalla. Sólo se llevaron a la isla 3 cañones de ese alcance y el resto de la artillería estuvo compuesta de obuses 105 mm con un alcance de 10 ó 12
km.
- Usted volvió a Malvinas después de la operación Rosario.
- No,
estuvimos permanentemente patrullando en el continente por la amenaza chilena que teníamos.
- ¿Le sorprendió que a 20 años de Malvinas,
algunos militares chilenos declararan que su país brindó información a los ingleses?
- No, porque ya lo sabía en ese momento. Cada avión
que salía del continente era monitoreado y se avisaba a la flota inglesa permanentemente. Eso no lo pueden negar los chilenos. Es indiscutible, y además, no podíamos esperar otra cosa de un país
expansionista como Chile.
- EL BIM 5 con asiento en Río Grande conocía el terreno, estaban acostumbrados a la turba y fue uno de
los batallones más destacados, elogiado por los propios ingleses.
- Ese Batallón 5 tuvo refuerzos del Batallón 3 como también
de la compañía de Ingenieros y la Batería de Artillería de Campaña. Y sí, fue reconocido por los mismos ingleses como una fuerza extraordinaria. Los británicos no podían creer que una compañía
haya frenado a una Brigada. Un comandante inglés le preguntó al Almirante Robassio, que en ese momento era el comandante del Batallón 5, que le explique cómo habían hecho. No entendía, no le
encontraba lógica al hecho de que una compañía frenara a tanta gente. Cabe acotar que la Brigada enemiga cayó en un campo minado, bombardeada toda la noche con morteros, obuses y todo lo que
teníamos.
El desmantelamiento de las FFAA
Le
preguntamos luego qué opina del desmantelamiento de las FFAA después de Malvinas. Responde “yo le pregunto a usted como ciudadano y a todos,, si se
dan cuenta de que estamos rodeados de países como Chile, que permanentemente está perdiendo terreno por el océano, un país expansionista que tiene necesidad de contar con más superficie.
Tenemos una fuerza completamente desmantelada, que si bien se ha modernizado, es chica aunque con un poder de fuego mucho más potente que antes. La Infantería de Marina a través de la
modernización adquirió una potencia muy superior a lo que era antes, pero también bajó su número de gente.
- ¿Qué piensa hoy de Malvinas?
¿Qué significó para usted?
- Para mí fue un deber. Hoy tiene que ser un deber para la parte política recuperarla a través de las
negociaciones.
- ¿Perdió muchos amigos en Malvinas?
- Unos cuantos. Mucha gente
conocida que murió en el Crucero Belgrano, y personal que había conocido en distintos destinos.
- Es increíble que un 2 de Abril
se tome como un feriado trasladable. Es humillante.
- Sí, no solamente por el 2 de abril, hay muchos feriados que terminan siendo
humillantes y máxime que se corra por un problema económico.
- Argentina se acuerda de Malvinas solamente el 2 de
abril.
- Yo creo que no todos, pero indudablemente el 2 de abril poca gente se acuerda de Malvinas. Es más, muchos no saben ni por qué se
hizo lo que se hizo. Que después se hicieron mal las cosas, estoy de acuerdo, pero siempre voy a reivindicar como una acción importante la toma de Malvinas. El resto... no tenía que haber
sucedido. Tantas muertes..., cuando el objetivo ya estaba cumplido: izar la bandera, tomar Malvinas y forzar una negociación
Armas
“Cuando tomamos las islas,
teníamos muy pocos elementos de visión nocturna. Después, el resto era armamento inglés. La agrupación Comandos Anfibios es una agrupación especial dentro de la Infantería de Marina. Es la
primera que recibe armamento especial para el tipo de operaciones que tiene que hacer. A veces se hace escape de submarino y hay que ir con armamento de volumen de fuego. Nosotros bajamos en
Malvinas con pistolas ametralladoras Sterling (9mm), fusiles Fal y Fal Para (7,62mm) con lanza granada, granadas de mano (fabricación argentina) y pistola la Browning 9
mm.
La misión
pedía el bombardeo de la pista de Puerto Argentino, para que no pudiera ser utilizada por un tiempo y se dificultara las supuestas tareas de alargamiento. Sin embargo, era evidente que un solo
avión, incluso del tamaño del Vulcan, difícilmente podría inutilizarla por completo. No se podía hacer un bombardeo de saturación porque para eso se requerían varios aviones; tampoco una pasada a
baja altura con bombas especializadas ya que el aparato no estaba diseñado para eso. De manera que se planeó un ataque pensando en un éxito limitado, más que nada para dar un mensaje.
Hacia las 2250 del 30 de abril comenzaron a despegar en sucesión los 11 cisternas Victor, seguidos luego por dos Vulcan. Algunas versiones dicen que ambos debían llegar a destino, otras, que
solamente era un avión de respaldo. Lo cierto es que el avión primario tuvo problemas para presurizarse y el de reserva fue el que quedó disponible. Además, uno de los Victor, que sí iba de
reserva, tuvo un problema con su sistema de repostaje y tuvo que volver.
Con 21 bombas de 454 kg, el perfil de la misión del Vulcan era típico (alto, bajo, alto): llegar al área volando a 25.000 pies (poco más de 8.000 metros), bajar a 250 pies (menos de 100 metros)
para evadir el radar, y luego subir a 10.000 pies (unos 3.300 metros) para lanzar las bombas.
Después de la pérdida del primer Victor, el tema del combustible no fue problema, ya que todos los sistemas de los tanqueros funcionaban adecuadamente. Sin embargo, se manifestó un problema
inesperado: la formación completa consumía el combustible más rápido de lo calculado. El teniente de patrulla Withers, tripulante del Vulcan, declaró que a ellos les habían dicho que los Victor
los llenarían de combustible, pero aparentemente había algún problema que impedía que los tanqueros entregaran el suficiente combustible. Como resultado, los cisternas, más cargados, también
gastaban más combustible.
Había entonces motivos suficientes como para abortar la misión, estando en juego toda la escuadrilla, pero se decidió continuar para al menos alcanzar el objetivo; Withers estaba incluso
preparado para abandonar el avión en el viaje de regreso.
"Nos acercamos a la isla más o menos en el rumbo y empezamos a descender a unas 290 millas. Hicimos un descenso sin aerofrenos a razón de 1 500 a 2 500 pies por minuto, a 300 nudos y con los
gases cerrados. Nivelamos a unos 2 000 pies y a 230 millas de distancia. Tuvimos un fallo en el indicador de velocidad durante el descenso, lo que dio más emoción a la cosa. Fuimos nivelando
gradualmente el descenso, hasta quedamos a unos 300 pies cuando faltaban 46 millas para el objetivo. En ese punto subí a 500 pies por si podía ver algo en el radar, y al momento el receptor de
alerta cobró vida."
Efectivamente, el radar de alerta temprana TPS-43 de Puerto Argentino los había detectado. Sin embargo la tripulación lo ignoró por el momento: sabían que habían sido avistados pero eso no
cambiaba mucho: no había cerca aviones argentinos que pudieran derribarlos.
Comenzaron entonces el ascenso a 10.000 pies, de manera que las bombas cayeran a mayor velocidad y estallaran luego de penetrar la pista. La ausencia del esperado fuego antiaéreo permitió que el
bombardero volara nivelado, manteniendo altura y velocidad constantes.
"Era una noche tranquila; todo parecía en calma. La distancia iba reduciéndose de forma regular y paulatina. Había activado todos los interruptores. Abrimos las puertas de la bodega de bombas a
unas 11,5 millas del objetivo. Esperaba fuego antiaéreo y, quizá, que me disparasen misiles, pero no sucedió nada de eso."
Apenas abiertas las puertas de la bahía de bombas, el sistema de alerta radar del avión se activó, haciendo solar una característica nota aguda. Un radar de control de tiro estaba tratando de
acerrojar al Vulcan lanzarle misiles antiaéreos. Habíando esperado esto, los sistemas ECM instalados fueron activados, interfiriendo el radar.
Llegado el momento, las 21 bombas fueron lanzadas. "Había previsto que, en cuanto hubiese soltado todas las bombas, daría gases a fondo y efectuaría un viraje ascendente a la izquierda de 1,8 g a
plena potencia. Así lo hice, pero como no parecía haber reacción, aflojé un poco. Aquello era casi frustrante.
"Aguanté dando gases a fondo durante dos millas, llevando una velocidad de 350 nudos. Pasarían 20 segundos entre la liberación de las bombas y el impacto de la prim era; la salida de las 21
bombas duró cinco segundos. Por lo tanto, cuando explosionaron las bombas llevábamos 15 segundos de viraje y habíamos cubierto 45 grados a la izquierda."
Teniendo en cuenta que el Vulcan no era el bombardero más preciso del momento, habiendo sido diseñado además pasa usar otro tipo de armamento, se había calculado que lo mejor era atravesar la
pista en un ángulo de 30 grados, intentando que cada bomba cayera a intervalos de 15 metros. Las bombas cayeron y la tripulación vio las explosiones.
Realizada la misión, Withers admite que la tripulación se mantuvo callada y algo pensativa: Gran Bretaña había asestado el primer golpe a las posiciones argentinas, iniciando de alguna manera la
guerra. En el momento indicado, se emitió la palabra código para anunciar que todo había salido como lo planeado: Superfuse. El resto del viaje de ocho horas fue, como es de imaginar, bastante
aburrido.
A pesar de
todo el esfuerzo puesto en la misión, solamente una bomba de 454 kg golpeó la parte central de la pista de Puerto Argentino; la siguiente cayó muy cerca pero hacia el costado. La que dañó la
pista, sin embargo, causó un cráter de siete metros de profundidad por diez de ancho, demostrando a las claras lo que podría haber pasado con un poco menos de suerte.
En la fotografía se pueden apreciar los impactos y contar los 21 cráteres (aunque algunos sean difusos) en dos hileras. Aunque fácilmente podría acusarse al piloto de no hacer un buen trabajo, el
hecho es que poco podía pedírsele a un avión diseñado en los 50s, con tecnología de esa época, volando solo en la oscuridad, con bombas no especializadas, de hierro, de los 40s. De todas maneras,
aunque los ingleses hubieran preferido un daño mayor, el mensaje estaba dado: podían atacar Malvinas con bombarderos pesados y sin tener mucha respuesta.
Según relatos de las fuerzas argentinas, el avión pudo ser escuchado e identificado ya que no sonaba como uno propio. Los daños fueron escasos, más allá de algunos vidrios rotos que provocaron
heridas leves, y algunos neumáticos pinchados por las esquirlas. Sin embargo, una de las bombas dio exactamente en la mitad de un grupo de carpas en las que dormían muchos soldados. Por una de
las casualidades de la guerra, esa fue la única bomba que no estalló, quedando incrustada en el suelo y mostrando parte de su contenido. Según estos relatos, las bombas cayeron más separadas de
lo que pretendían los ingleses, a entre 30 y 40 metros.
Uno de los efectos esperados por los ingleses aparentemente se alcanzó. La FAA se vio forzada a derivar cazas que se usaban en las Islas Malvinas hacia bases en el continente, ateniéndose a la
posibilidad de que el enemigo intentara atacar instalaciones en tierra firme.
Para los británicos quedaron demostradas tres cosas: era necesario practicar las maniobras de reaprovisionamiento y mejorar su puntería nocturna. Además, los ya anticuados Vulcan y Victor no eran
nada confiables para una misión de este tipo.
David Tinker - 25 años: muerto en el HMS Glamorgan
Carta a su esposa.
Querida Christine:
Es muy fácil comprender cómo se ha desatado la guerra: nuestra primera ministra se imaginó que era Churchill desafiando a Hitler, y la Marina la apoyó para obtener publicidad y popularidad rápidamente. Estoy seguro de que de esta destrucción sólo se beneficiarán Mrs. Tacher y los fabricantes de armas.
Lo que más me apena es que no hay causa para esta guerra, y si somos honestos, los argentinos son mucho más patriotas con respecto a las Malvinas que nosotros con las Falklands. Y lo que la primera ministra no comprende, es que los argentinos creen firmemente que las Malvinas son de ellos.
Han enviado contra nosotros pilotos en misiones suicidas, en viajes sin regreso, porque estamos fuera de su alcance, y eso que ellos no tienen helicópteros de rescate en el mar para recuperar después a los pilotos.
Los pilotos argentinos enfrentan cada día misiles antiaéreos de aplastante superioridad.
Realmente, la valentía de esos hombres demuestra que tienen mucho más que un tibio interés en estas islas.
Considerando la tragedia, la angustia, y el horror de las vidas perdidas, que han sido sacrificadas de buena gana por los políticos para tapar la ineptitud y necedad de su gobierno, considerando además los resultados en dolor, pérdidas económicas y pérdidas de buques para Gran Bretaña,me parece a mí que esta es la guerra más inútil que Gran Bretaña ha hecho en toda su historia.
Luego moría en combate.
Peru,el Gran Hermano
ACTUACION PERUANA EN LA GUERRA DE LAS MALVINAS.
La guerra de Malvinas, donde el Perú colaboró directa e indirectamente con la Argentina, en base a un pacto realizado en la década de los años 60 de asistencia reciproca en caso de guerra. No solo se refiere a la entrega de personal y armas a las partes si no de todos los sistemas de defensa e inteligencia.
Un poco de historia
A Mediados de los años 60 Perú y Argentina, tenia muy claro que el enemigo inevitable era Chile, y que el desarrollo conjunto de sus fuerza armadas era básico así se planteo tener ejércitos estándares de muy alta tecnología, pero solo pudiéndose concretar este proyecto a su totalidad en la fuerzas navales de cada País. Es así como no es extraño ver como Perú y Argentina compran armamento casi idénticos, desde submarino, torpedos y desarrollan el Exocet.
Si, podrá sonar algo muy presuntuoso pero si no fuera por el dinero argentino y peruano, Dassault jamás habría podido desarrollar el misil. Que solo tenia en planos para 1968 que fue lo que pudo desarrollar con el dinero del proyecto para Israel del Gabriel.
Gracias a un trabajo de la Inteligencia Naval Peruana en 1969, se consiguió que Perú y Argentina escogieran la ruta del Misil y no de seguir con la artillería como armamento principal en los buques como lo haría Chile con sus Leander. Es así como se equipan de misiles los destructores Peruanos y Argentinos obligando a la firma francesa a no vender ninguno de estos misiles a países de la zona. Cuando Perú instala misiles en los destructores Ferré y Palacios, se convertía en el primera Marina Americana en tener misiles mar-mar. Luego la Argentina lo haría con un destructor clase Fletcher.
En el caso de nuestros submarinos tipo 209, se habían presentado problemas con los torpedos filoguiados en ambas armadas, siendo los peruano lo que encontraran la solución a este problema. Para el inicio de las hostilidades viaja un equipo técnico de especialistas en armas submarinas peruano a la Argentina para modificar los torpedos argentinos. Pero el recelo en la Armada Argentina demoró la modificación de los torpedos y con ello la perdida de valiosos blancos durante la guerra. En total la MGP envió a la ARA 60 torpedos filogiados alemanes modificados, mas 60 tarjetas electrónicas para ser cambiada por las falladas de fabrica.
Sobre los Misiles, para los 80 el Perú como la Argentina, encargaron un segundo lote de misiles a Marcel Dassault, sobre su desarrollo del MM-38 esta vez para ser lanzado desde el aire, el AM-39.
Al inicio de las hostilidades Argentina Y Perú solo contaba con 5 misiles AM-39 cada uno, pero contaban con 40 misiles MM-38, 20 por cada nación. De los cuales se mandaron 4 MM-38 como posibles repuestos a la flota Argentina, y los 5 misiles AM-39 que Argentina luego repondría al Perú de los lotes venideros post guerra.
Sobre los cazas de combate, los Mirage 5P, que salieron desde el Perú con
los colores argentinos, fueron llevados a la argentina por pilotos peruanos y estos se quedaron al servicio de la FAA. Durante todo el conflicto para la defensa continental.
Mientras los pilotos argentinos seguían cursos acelerados para pilotear este caza en el Perú.
Adicionalmente, las Fuerzas peruanas sirvieron de freno a las chilenas para evitarle a la Argentina pelear en dos frentes. Para este objetivo se movilizó gran parte de la flota a los puertos del
sur del Perú y se incrementaron los ejercicios de blindados sobre la zona de frontera con Chile.
Pero lo mas útil para la Argentina fue la información que el servicio de inteligencia naval le proporcionaba dándole información de primera mano como la ubicación de la flota británica: El reporte de las comunicaciones de la flota con su comando en Inglaterra.
Gracias a una infidencia en Chile del agregado británico se conseguiría romper uno de los códigos de comunicación usados por la embajadas británicas. Lo que nos dio mucha información de los movimientos diplomáticos, tema que Argentina tenia perdido desde el principio.
En esos días en plena toma de Puerto Argentino, la premier M. TATCHER,
ofrecía a Chile todo tipo de compensaciones si generaban un segundo frente a la Argentina.
Es en dicho momento que se hace filtrar la información que parte de los submarinos peruanos estaban en agua chilenas, evitando que sus viejos cruceros se muevan de sus
bases.
También se le aviso a la Argentina que el TIAR no sería apoyado por EEUU 3 días antes de la invasión. Y que EEUU había colocado en aviso al Reino Unido de las intenciones de la invasión argentina. Pero el estado tan convulsionado del la Argentina los obligaría a tomar tan mala decisión y continuar la invasión. Cuando todo se ponía a favor de una invasión a Chile con ayuda de Perú. Pero la historia fue otra.
Reconocimiento mundial a la Fuerza Aérea Argentina
El bautismo de Fuego de la Fuerza Aérea Argentina ha marcado
honrosamente un camino a seguir, y así lo comprenderán las nuevas generaciones de pilotos argentinos en el devenir del tiempo. Porque el ejemplo de sus caídos en combate perdurará..
Luego de las increíbles incursiones aéreas en las aguas de la Bahía de San Carlos:
Del ministro de Defensa británico John Nott al Parlamento:
Creo que los pilotos argentinos están demostrando una enorme bravura. Sería tonto de mi parte no reconocerlo.
Del Almirante John Foster Woodward, en un reportaje publicado por el diario La Estrella de Panamá, el 3 de enero de
1984:
Los pilotos argentinos fueron muy valientes. Me dieron muchos dolores de cabeza, pero igual los admiro.
Posteriormente, refiriéndose al ataque de Bahía Agradable, expresó:
Ya antes habíamos recibido suficientes pruebas de lo que eran capaces de hacer. Los veíamos aparecer a ras del agua. Jamás hubiéramos imaginado eso.
Declaraciones del General Jeremy Moore:
El cuerpo de oficiales y muchos de sus técnicos fueron sumamente capaces y esto fue particularmente notorio en el caso de la Fuerza
Aérea Argentina.
Del General Kelly Aguilera Nessi, Jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea Venezolana, con motivo de un discurso pronunciado en
Caracas, el 18 de agosto de 1982:
El barón Von Richthofen no es un héroe alemán, sino de la humanidad, particularmente de quienes vestimos el uniforme azul; las heroicas
hazañas de Douglas Bader, el piloto inglés sin piernas, pertenecen al mundo; y cuando se hable del reciente conflicto del Atlántico Sur, cuyos resultados han sembrado tanto dolor en esta parte de
América que rechaza el colonialismo con todas sus fuerzas, las páginas más vibrantes de esa historia corresponderán a la gloriosa y heroica Fuerza Aérea Argentina.
"Las tripulaciones aplauden la bravura de los pilotos enemigos" - Por Gareth Parry con las fuerzas de desembarco en la
Bahía de San Carlos.
The Guardian. Londres, 25 de mayo 1982:
"(...) Los tripulantes a nuestro alrededor rinden tributo al coraje de los pilotos argentinos."
The Miami Herald, 27 de mayo de 1982:
Los pilotos argentinos se ganan el corazón de sus compatriotas y la admiración de sus enemigos.
Por Kenneth Freed, Los Angeles Times Service.
Casi a diario ellos vuelan hacia la batalla y en cada oportunidad sólo regresan unos pocos, pero los pilotos argentinos se transforman
en los héroes de la guerra de las Malvinas, admirados por sus enemigos casi tanto como por sus compatriotas.
"Son los únicos que impiden que esto sea una derrota total", dijo un experto militar europeo.
No creo que se pueda encontrar mejores pilotos en el mundo.
Mientras Gran Bretaña desconoce parte de los daños sufridos, reconoce la habilidad y el coraje de sus oponentes en el aire.
El analista aeronáutico Milton Loureiro (Brasil):
Sea cual fuere el resultado del conflicto quedará eternamente marcado en la historia el inquebrantable valor de los pilotos
argentinos.
Los principios fundamentales de la guerra aeronaval fueron ampliamente superados por la audacia y el desarrollo técnico del que hicieron gala los pilotos argentinos, tanto los de la Aviación
Militar como los de la Naval.
Cuando finalice esta guerra no declarada, las marinas de todo el mundo tendrán que promover una revisión de sus tácticas, por cuanto la audacia y el coraje de los aviadores argentinos echaron por
tierra todas las teorías hasta, ahora existentes.
El propio enemigo quedó perplejo ante la técnica y el arrojo de los pilotos argentinos y reconoció que el conflicto del Atlántico Sur le parece tan irreal como un cuento
fantástico.
Boletín de Radio Diego Portales de Chile:
Los aviadores argentinos se han ganado el reconocimiento mundial, hasta de los propios británicos, por su valentía. Se observó cómo se
lanzaban contra una verdadera muralla de misiles, obuses y ametralladoras antiaéreas, infligiendo bajas al enemigo.
Palabras del embajador de la República de Venezuela en la República Argentina:
He sido honrado como embajador de Venezuela por nuestra Fuerza Aérea para hacer entrega a la heroica y gloriosa Fuerza Aérea Argentina,
de la que tan orgullosos nos sentimos justificadamente los venezolanos en especial y todos los latinoamericanos, por las glorias y los laureles que nos han dado en esta maravillosa hazaña, por
América y por su dignidad.
Diario La Estrella de Panamá, 10 de agosto de 1984, al festejar el día de la FAA:
Quiero rendir mi emocionado homenaje a esos héroes que dieron sus vidas por la Patria en la heroica gesta de Malvinas, a los que
lucharon en pos de un ideal que nadie podrá cambiar y que los panameños sentimos como propio: Las Islas Malvinas fueron, son y seguirán siendo argentinas.
Jorge E. Illueca, Presidente de la República de Panamá.
Declaraciones del vicedirector del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres, Coronel Jonathan
Alford:
En comparación con el nivel de muchos países, la Argentina desplegó una Fuerza Aérea relativamente modesta y nada moderna, que la mayor
parte del tiempo operaba en el límite de su radio de acción. Y sin embargo hubo momentos de gran ansiedad por la suerte de la Flota británica. Quizá con sólo un poco más de fortuna en los
momentos críticos, la Fuerza Aérea Argentina podría haber obligado a Gran Bretaña a abortar su expedición.
Lo que nos produjo una enorme conmoción fue el saber que los argentinos habían volado con sus "Hércules" a Puerto Stanley hasta el último día del conflicto.
Jean Pierre Gillet, experto francés autor del libro Les Combattants de Mai, expresó en la mencionada obra (pág.
28):
Todo ha sido dicho sobre el coraje argentino. Agreguemos solamente que desearíamos ser persuadidos que su Patriotismo encuentra su
equivalente en ciertos países de la OTAN.
Es lugar común decir que Argentina ha sido bendecida por todos los dones del Cielo y de la Tierra. Pero sobre todo, ahora lo vemos, por sus hijos que se hicieron aviadores.
Fdo. José María Carrascal
Otras declaraciones se pueden encontrar en la página de la Fuerza Aérea Argentina
(http://www.fuerzaaerea.mil.ar/conflicto/reconocimientos.html) sobre el conflicto de Malvinas
El origen de la palabra Malvinas
LONDRES, AFP
Sabado, 15 de septiembre de 2.007
El general británico retirado Jeremy Moore, conocido como el vencedor de las Malvinas, murió a los 79 años, anunció el lunes el diario The Times.
El Times, el único diario británico que informó la muerte de Moore, escribió una nota necrológica de una página dedicada al hombre considerado por muchos el vencedor de la guerra contra Argentina, porque fue él quien recibió la rendición del comandante de las tropas argentinas en el archipiélago y gobernador militar de las Malvinas. El ministerio de Defensa británico, consultado por la AFP, no quiso hacer ningún comentario sobre la muerte del jefe de las fuerzas terrestres que recuperaron las islas Malvinas para la Corona británica.
Moore "ya no estaba en servicio activo", dijo a la AFP un portavoz del ministerio británico de Defensa. "No podemos por eso hacer ningún comentario, pero si lo dice The Times, es cierto". Moore, que aceptó la rendición del jefe de las tropas argentinas en Malvinas, Mario Benjamín Menéndez, recordó, en una larga entrevista en marzo con la AFP, el "miedo" que tuvo el 14 de junio de hace 25 años de que Argentina no firmara la rendición.
"Tuve miedo de que el general (Mario Benjamín) Menéndez dijera que no podía aceptar el acta de rendición y que los combates siguieran", recordó Moore, en la entrevista realizada en los jardines de su casa situada en una pequeña aldea en la campiña inglesa, en los que pasaba su tiempo escuchando música clásica.
Moore expresó en esa ocasión su admiración la Dama de Hierro, Margaret Thatcher.
"No creo que ningún otro primer ministro desde (Winston) Churchill habría tenido el valor, los cojones, de llevar a cabo esa operación" para recuperar las islas, dijo Moore, al mando de las fuerzas terrestres británicas en esa guerra librada en el Atlántico sur.
"Estaba muy nervioso porque pensaba que si Menéndez no firmaba, muchas otras personas morirían innecesariamente al reanudarse los combates. Ya sea isleños o de ambas fuerzas", contó.
"Tenía miedo de decir o hacer algo que impidiera la firma del acta", que puso fin a la guerra de 74 días por las islas del Atlántico Sur, donde perdieron la vida 255 británicos y 649 argentinos.
Moore, que tenía 54 años cuando estalló el conflicto bélico con Argentina, explicó que esa preocupación le llevó a eliminar el término "incondicional" del acta de rendición.
"Tenía un documento preparado y nos habían indicado desde Londres que el documento debía utilizar el término 'rendición incondicional'. Pero la lógica me decía que 'incondicional' no tenía más que un significado psicológico", recordó.
Así que cuando me dirigía a ver a Menéndez, me comuniqué con mi Estado Mayor y les dije que si se protestaba por ese término, lo suprimiría. Y corté inmediatamente.
"Y así fue, cuando le presenté el documento a Menéndez, él se quejó de la palabra «incondicional». Así que le dije: «Si no le gusta, suprímala». El la eliminó de su acta de rendición y yo la eliminé de la mía. Y firmó el documento", contó el militar.
Los relatos que se agregan a continuación han sido extraídos de crónicas de guerra británicas y forman parte del sentimiento auténtico de soldados que supieron valorar la aptitud de los artilleros argentinos.
Al igual que un sinnúmero de otras referencias vinculadas con la valentía y el coraje evidenciado por soldados de las fuerzas argentinas que participaron en la gesta de Malvinas, nos permitimos extractar estas notas a modo de homenaje a quienes modestamente lucharon y expusieron sus vidas con la templanza propia de nuestros legados artilleros y, por sobre todo, en reconocimiento hacia quienes murieron en suelo malvinense.
"Todas las informaciones dejaban entrever que los argentinos se servían de las elevaciones para atrincherarse y preparar las mejores posiciones defensivas. El área quedaba dentro del alcance de los grandes cañones calibre 155mm que los argentinos desplazaban constantemente desde una base a otra alrededor de STANLEY".
The Sunday Time Insight Team, Una cara de la moneda, La Guerra de
Malvinas, Editorial Hispamérica, Buenos Aires, 1983, Pag 367 y 368.
"El
viernes 11 de junio todavía no se había respondido a los llamamientos, y el efecto de la demora, combinados con las noches heladas y bombardeos por parte de la artillería argentina, empezaban a
producir cierta frustración. Un pelotón de Guardias Escoceses tuvo que retirarse ante los intensos disparos de la artillería pesada argentina y el Regimiento de Comandos 42 sufrió
las primeras bajas, desde el avance, al verse alcanzado
por los proyectiles argentinos".
The Sunday Time Insight Team, Una cara de la moneda, La Guerra de
Malvinas, Editorial Hispamérica, Buenos Aires, 1983, Pag 370.
"Los cañones argentinos que estaban situados alrededor de STANLEY, seguían causando estragos entre las posiciones británicas. Son unos cachorros endemoniadamente malos y
desagradables. Te escupen un proyectil y estonquea toda la zona".
The Sunday Time Insight Team, Una cara de la moneda, La Guerra de Malvinas, Editorial Hispamérica, Buenos Aires, 1983, Pag 377.
En relación con los fuegos de
hostigamiento realizados contra los buques ingleses, según el testimonio del Teniente de la Armada Británica DAVID TINKER, "...los proyectiles de los cañones argentinos caían a unas 50 yardas de
distancia de nosotros".
TINKER HUGH, La vida y gallarda
muerte del Teniente David Tinker.
"La artillería argentina tenía
cuatro cañones franceses calibre 155mm. Durante la campaña estos fueron utilizados con poca munición. Mientras esperábamos en el Monte KENT, recibimos mas de treinta ráfagas. Durante el ataque al
Monte DOS HERMANAS, aproximadamente 400 proyectiles de alto poder fueron disparados sobre nosotros en aproximadamente 4 horas".
(NOTA: Error del autor. Se trataban de
sólo dos cañones calibre 155mm, Modelo Argentino, de fabricación nacional)
AKHUST GERALD R (My), "A gunner's tale", Fiel Artillery Jornal (US Army), Marzo - Abril 1984, Pag 21.
"Los fuegos de las baterías
enemigas fueron muy efectivas. Finalmente tuvimos muchas dificultades para localizar los cañones enemigos. Disparamos muchos proyectiles sobre posiciones simuladas. Demasiado tarde nos dimos
cuenta que tirábamos sobre viejas cubiertas que simulaban ser cañones, cubiertas por telas de enmascaramiento. Fueron muy buenos para engañarnos".
AKHUST GERALD R (My), "A gunner's tale", Fiel Artillery Jornal (US
Army), Marzo - Abril 1984, Pag 21.
"El 2do
Batallón del Regimiento de Paracaidistas, tuvo escasa oposición, pero considerable dificultad causada por el fuego de la artillería argentina calibre 155mm"
- WATSON, BRUCE W y DUNN, PETER M Military lesson of the
Falklands Island warviews from the Unites States, Arms and armours press, Londres, 1984, Pag 164.
"El fuego
de la artillería argentina de 155mm comenzó a caer sobre las posiciones que los argentinos acababan de perder. Los Infantes de Marina británicos se protegieron entre las fisuras que presentaban
las rocas, mientras que los proyectiles explotaban alrededor".
- THOMPSON JULIAN, No Picnic, Leo Cooper in association with SECKER
and WARBURG, London, 1985, Pag 157.
"Con la luz del día el fuego de la artillería argentina se intensificó bajo la dirección de los observadores adelantados quienes reglaban el tiro. El terreno lindante el Monte
DOS HERMANAS estaba cubierto de cráteres por las granadas de 155mm".
- THOMPSON JULIAN, No Picnic, Leo Cooper in association with SECKER and WARBURG, London, 1985, Pag 165.
"Los proyectiles de los cañones
calibre 155mm se distinguían de los proyectiles de los obuses calibre 105mm y de los morteros de 120mm por su fuerte tronar. Cuanto antes tuviera lugar la siguiente fase era mejor, pues menos
tiempo debieran mis hombres permanecer bajo el fuego de la artillería argentina".
- THOMPSON JULIAN, No Picnic, Leo Cooper in association with SECKER
and WARBURG, London, 1985, Pag 165.
" Las
tropas británicas enfrentaron a una dura artillería de 155mm, que dejó tirados a heridos y muertos, pertenecientes a las unidades de asalto".
- LAURENCE CHARLES, corresponsal de guerra del The Daily Telegraph.
Como se esfumó la mayor colecta de la historia
Las donaciones no se usaron para reforzar el armamento ni para proteger a los soldados del hambre y del frío. Los fondos fueron transferidos a cuentas de las Fuerzas Armadas. El oro se fundió y se subastó, pero hubo personas que reclamaron su devolución. Las bufandas terminaron en la basura.
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Pablo Calvo
pcalvo@clarin.com
Un militar, el vicecomodoro Juan Carlos Rogani, lo afirma sin pudor: "Se decidió que los objetos sin valor comercial fueran a la basura. Las cartas, los cuadritos, las bufandas no eran vitales, tendrían Prioridad Número 100. Despachar un Hércules para llevar esas cositas no valía la pena, no justificaba el costo de la operación". Una de las abuelas más generosas que tuvo la colecta por Malvinas, Blanca Celia Ortiz de Cogorno, suelta su pena: "Me sentí burlada, los alimentos y el abrigo que mandamos a los pobres muchachos que se morían de hambre y frío nunca llegaron a las islas". Manuel Solanet, el hombre que manejó las finanzas de la guerra, le pone fin a un secreto de Estado: "La recaudación definitiva en donaciones fue de 54 millones de dólares, casi el doble de lo que demandó la movilización de tropas por la ocupación de las islas, que costó 29 millones de dólares. Sin embargo, ese total apenas hubiera alcanzado para comprar un avión Mirage".
Documentos inéditos permiten reconstruir la ruta del oro que se juntó gracias a la ayuda de la sociedad. Se hicieron lingotes para subasta, pero fue demasiado tarde: la orden escrita para la fundición del material —que Clarín publica hoy— está fechada el 14 de junio de 1982, el día de la rendición ante las tropas británicas.
Son voces de la historia que por la edad de los protagonistas, la destrucción de archivos que ejecutó la dictadura y el silencio que amuralló las explicaciones sobre la derrota en la guerra iban camino al olvido, pero que el Equipo de Investigación intenta recuperar ahora, a 23 años del desembarco argentino en las Malvinas, que permitió recuperar la soberanía de las islas durante 74 días.
El 2 de abril de 1982 no sólo flameó la Bandera argentina en el territorio austral ocupado por los ingleses desde 1833. Despertó además una impresionante demostración de solidaridad de la gente, que se sacó los anillos, tejió medias y pulóveres, escribió mensajes de aliento y puso sus ahorros a disposición de la guerra. Fue la mayor colecta de la historia argentina. Astor Piazzolla donó un bandoneón. Juan Manuel Fangio y Carlos Monzón compraron entradas para eventos benéficos. Guillermo Vilas no jugó en Wimbledon y puso 200 millones de pesos (2 mil dólares). Mirtha Legrand organizó un desfile con Moria Casán y Susana Giménez como estrellas principales. Fillol, Olguín, Galván, Passarella y Tarantini; Ardiles, Gallego y Maradona; Bertoni, Ramón Díaz y Kempes donaron la recaudación completa de un partido de la Selección. León Gieco, Charly García y Luis Alberto Spinetta juntaron 50 camiones de abrigos y alimentos en el Festival de la Solidaridad. Fueron tres meses de donaciones continuas. Hasta en las escuelas se colocaron urnas, vedadas por entonces a la participación electoral.
Pero el esfuerzo colectivo chocó contra lo incomprensible: los víveres no llegaron a tiempo a los soldados congelados en las trincheras. La confianza de la gente quedó herida para siempre.
No hubo sanciones, nunca se encontraron irregularidades burocráticas en la utilización de esos fondos y ningún funcionario fue imputado por delito alguno. Lo dijo la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas en 1988. Y fue la única averiguación que realizaron las instituciones de la democracia, con seis años de demora y en base a la denuncia de una fundación —Héroes de Malvinas— que ni siquiera tenía personería jurídica. Aflora la inquietud: ¿fue aquello una operación limpia o un saqueo a la buena fe? ¿Hubo una adecuada rendición de cuentas por parte de las Fuerzas Armadas? ¿Cómo fallaron los jueces que, luego de la guerra, recibieron pedidos de restitución de donaciones?
Manuel Solanet fue el secretario de Hacienda entre 1981 y 1982, número dos del ministro de Economía, Roberto Alemann, y responsable de las finanzas de la guerra. Se había jurado guardar silencio durante 25 años, un plazo que algunos países consideran razonable para revisar momentos especiales de su historia. Pasaron 23 años, Clarín igual lo fue a buscar, y Solanet habló: "No es difícil convocar a teorías conspirativas, pero, en este caso, hubo un registro y una cuidadosa contabilidad de todas las donaciones recibidas y un detalle de los destinos del dinero: los tres comandos militares y la gobernación de Malvinas. Ahora, cómo lo gastaron las Fuerzas Armadas es una contabilidad que yo no he visto, aunque lo deben tener registrado".
El Ejército, por toda explicación, difundió un comunicado en agosto de 1982, donde afirmaba que, de los 139 mil millones de pesos que recibió, el 53 por ciento fue destinado a medicamentos y equipamiento hospitalario, el 23 por ciento se usó para la compra de repuestos para equipos de combate y el 24 por ciento restante fue para la compra de combustible, calentadores y vestuario especial.
La conversación con Solanet se realizó en un edificio de Retiro, equidistante del Monumento a los caídos en la guerra de Malvinas y de la Torre de los Ingleses. Sobre la mesa, Solanet apoyó los documentos, en su mayoría inéditos, que permiten conocer nuevas precisiones sobre una etapa histórica relatada hasta hoy en forma incompleta (ver Las nuevas pruebas...).
Por teléfono aceptaron hablar el vicecomodoro Juan Carlos Rogani, gerente de Planeamiento y Control de Gestión de Argentina Televisora Color entre 1976 y 1983, y responsable de custodiar las donaciones de la gente al programa especial de televisión del 9 de mayo de 1982; y el general Gerardo Núñez, comandante de Intendencia del Ejército durante la guerra y pieza clave en la cadena de abastecimiento de las islas. Además, se recogieron testimonios de donantes que se sintieron defraudados y se tuvo acceso al expediente completo de la investigación que realizó la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas. El resultado del trabajo permite responder preguntas decisivas en esta historia:
¿Qué pasó con el oro que donó la gente?
Las piezas se fundieron en 73 lingotes en la Casa de Moneda. Pesaban 141 kilos. Con ellos, se hicieron subastas en el Banco Ciudad y el dinero resultante fue depositado en el Fondo Patriótico. Renato Vaschetti, un empresario vitivinícola de Rosario —ya fallecido—, fue el único que logró recuperar los tres kilos de oro que había donado. Su reclamo ante la Justicia se basaba en "los inciertos destinos" que tuvieron las donaciones. En mayo de 1984, le devolvieron las mismas barras que había entregado, con la inscripción de un banco suizo.
¿Qué pasó con los abrigos tejidos por voluntarias?
No llegaron a las islas. Según el vicecomodoro Rogani, los elementos "sin valor comercial" terminaron "en la basura", porque era muy caro y peligroso enviarlos a destino, sobre todo con la interrupción del puente aéreo con el continente por las acciones enemigas. Muchas prendas fueron desechadas porque su colorido "llamaría la atención del enemigo", explicó el general Núñez.
En un informe de circulación restringida, Solanet explica que "ese tipo de esfuerzos ciudadanos constituía todo un problema para las Fuerzas Armadas. No había forma de hacer llegar a las tropas la inmensa cantidad de bufandas, comestibles y otros productos que el impulso patriótico generó en todo el país. Era extremadamente delicado no responder a los donantes cumpliendo con su deseo".
¿Qué pasó con el dinero?
Según la documentación, no reforzó el equipamiento militar ni protegió a los soldados del hambre y del frío. Los fondos fueron transferidos a cuentas de las Fuerzas Armadas y a la gobernación militar de las Malvinas. La Secretaría de Hacienda "no recibió información sobre las adquisiciones o gastos de guerra efectuados con las partidas giradas".
Unos 5.000 millones de pesos llegaron a los comandos militares el 15 de junio de 1982, es decir, un día después de la rendición. El Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea tuvieron que devolver esa plata al Fondo Patriótico. Tras la derrota, el dinero fue destinado a la asistencia de los excombatientes y al pago de indemnizaciones. Con el retorno democrático, el remanente fue transferido a Rentas Generales, es decir que terminó diluido en el Presupuesto Nacional del año 1984.
¿Qué pasó con los alimentos?
Se prepararon medio millón de raciones, pero no llegaron a las trincheras. Fueron llevados en containers cerrados y custodiados hasta Comodoro Rivadavia, pero quedaron varados al costado de la pista de aterrizaje. No cruzaron a las islas porque ni los barcos de la Armada ni los aviones de la Fuerza Aérea los transportaron. Se dilapidó el esfuerzo de 35 mil voluntarios que trabajaron durante 9 días, sin descanso, para embalar la mercadería.
El general Núñez aseguró que las raciones "tenían guisos en lata, de sabor italiano; chocolates, calentadorcitos hechos en Fabricaciones Militares, pastillas de cloro para purificar el agua, hasta una botellita de whisky para contrarrestar el frío. Se hicieron pruebas tirando cajas de 12 raciones desde un avión Fiat, conocido como ''El Herculito'', en baldíos de José León Suárez, caían mejor en tierra que en los arroyos. Todo se logró en tiempo récord, pero no se coordinaron los envíos. ¿Y yo qué podía hacer? ¿Llevar todo en un bote de goma? Alguien dijo que un submarino atómico inglés merodeaba la zona para impedir el paso de los víveres". La inexperiencia haría el resto.
Un puñado de ellos eran profesionales,de Infanteria de Marina,entrenados en combate.
Tom era un viralatas,sin raza ni padres conocidos.
Ñaro,Negro y Tom murieron en el campo de batalla,los demás regresaron al continente.
A la hora de la verdad fueron iguales,para el coraje y para la metralla inglesa.
Cuánto mas tenemos que aprender los hombres de los Perros de Malvinas?
Durante la defensa de Puerto Argentino el Comando de la
Infantería de Marina decidió el envío de una sección de perros de guerra, de la Base Naval Puerto Belgrano, con el fin de impedir infiltraciones de comandos británicos en el dispositivo defensivo
propio.
Así fue que el 7 de abril 18 perros a las órdenes del Teniente de Fragata de Infantería de Marina Miguel A. Paz contaron con:
Guardiamarina Veterinario Jorge Robles
Encargado de Sección: Suboficial Segundo de Infantería de Marina Ernesto Franco. Cada perro con su guía, Soldado Conscripto.
La sección perros fue utilizada para la defensa de la localidad para protección de los puestos de comandos, centrales de comunicaciones y depósitos varios.
Luego del ataque del 1º de abril se intensificaron las guardias nocturnas para impedir cualquier infiltración enemiga.
Los perros acompañados por sus guías, soldados Conscriptos, los que formaban una pareja inseparable.
Después de los cuatro o cinco días de bombardeos surgió un hecho curioso, la alarma más eficaz y segura ante los bombardeos, fundamentalmente aéreos, eran dadas por los aullidos de los perros
anunciándolo mucho antes de la iniciación del ataque. Al decir de los veteranos que operaron desde Puerto Argentino, fue el mejor método de autenticación de alarma y el momento a partir del cual
se tomaban las contramedidas.
También distinguían en general al personal de la Armada con respecto a las otras fuerzas con quienes eran especialmente agresivos, incluyendo también a los Kelpers. Este hecho se repitió luego
con los británicos, una vez prisioneros de guerra.
Hubo oportunidades en que salieron de la población en misiones de patrulla adelantada, pero fueron sólo casos puntuales para tareas específicas como la vigilancia del sistema de Rampa y Generador
del misil Exocet que se monto como defensa costera. Este sistema de armas se mantuvo en el más alto secreto dentro de la localidad, durante el día en galpones altamente custodiado y de noche se
movía sigilosamente hasta su lugar de lanzamiento. Todas estas maniobras fueron estrictamente custodiadas por la sección de perros durante el día y la noche.
En los últimos días de combaste se decidió el envío de perros a primera línea para evitar infiltraciones enemigas. Esta medida fue discutida hasta que llegó la orden de enviar a los perros con
sus guías, fueron 3 las parejas enviadas:
Conscripto Carlos del Greco con Ñaro
Conscripto Raúl Andicochea con Negro
Conscripto Silva con Xuavia
Dijo el Guardiamarina Veterinario J. Robles.
" Fueron al frente Ñaro, Xuavia y Negro. ¿ Por que ellos? Negro y Ñaro por su bravura, valentía, eran sin duda los mejores del Batallón, participaban de todas las exhibiciones (desarme
de enemigos, control de detenidos y saltos de altura). Xuavia porque era extremadamente celosa y guardiana, ella fue a Malvinas porque era la mejor entre las hembras (era mi preferida), recuerdo
que cuando entro en celos elegí un lugar preferencial y ordené su servicio"
El envío de los perros al frente no tuvo éxito y termino trágicamente, los perros no se acostumbraban al fragor del combate, fueron prácticamente aturdidos por las explosiones. Ya el 13 de junio
(en la noche del 13/14 de junio en el asalto final) los guías perdieron a sus perros, quienes habían huido enloquecidos. Ñaro y Negro desaparecieron ni sus collares fueron hallados. Todos los
esfuerzos de la Sección Perros por encontrarlos fracasaron pese al especial empeño de todos, incluyendo a los Infantes de Marina de otros destinos, sensibilizado por los hechos. Todos eran
conscientes que de estar con vida, su instinto y sensibilidad los hubiera llevado a su Sección, por esa razón se presume que murieron en combate, hay una versión, no confirmada, que señala a un
oficial británico como que se quedo con uno de ellos. Por lo menos esa era la esperanza de la Sección. Sólo regreso Xuavia.
Como comenta el Guardiamarina Robles, Xuavia estaba preñada cuando fue al frente, un toque de amor entre tanto combate, pero no el único. Xuavia, en la noche del 13 al 14 de junio, seguramente
estaba regresando del frente hacia la localidad cuando encontró a un soldado del Ejercito herido que yacía en el suelo cubierto de nieve; Xuavia se le acercó, se pegó a él y le dio calor hasta
que los camilleros lo encontraron y trasladaron hacia Puerto Argentino, la perra los acompaño hasta el Hospital, luego regreso con los suyos.
En su momento este echo fue comentado por todos los que lograron verlo, luego el drama del tramo final de la batalla lo apagó. Por esa razón no se pudo rescatar el nombre del soldado ni el de los
camilleros. Al comentarle el episodio el Guardiamarina Robles dijo:
" El relato sobre el regreso de Xuavia fue tal cual (como se comenta mas arriba), vino al lugar donde yo estaba; un soldado me grito: "Señor, volvió Xuavia, cuando me di vuelta la vi y me
pareció mentira, todos le demostramos alegría y puedo asegurarle que ella respondió del mismo modo. Ya en la Base Naval Puerto Belgrano tuvo sus cachorros"
Xuavia tuvo nueve cachorros, de los cuales fueron siete machos y dos hembras, tres de ellos murieron inmediatamente después del parto. El padre fue Duque.
De los perros que regresaron al continente algunos murieron de viejos, otros en accidentes en servicio. Sobrevivió a todo Vogel, ovejero alemán, hijo de Tell y Nexe. Todos de la Base Naval Puerto
Belgrano. Falleció el 1º de diciembre de 1991; esta enterrado en el Batallón mirando hacia Malvinas, bajo un túmulo conmemorativo.
Hasta su muerte presidio todas las ceremonias de la Unidad luciendo en su capa la condecoración otorgada por la participación en la gesta. Las Fotografías de Negro y Ñaro, desaparecidos en
combate, están en su Batallón y en el Museo de la Infantería de Marina.
Tom - El perro artillero
El camión me esperaba afuera, junto a mis soldados y los equipos. Tomé un gran manojo de camperas y me dirigí a la carrera, pero se me cruzó un perro de la base que
habíamos criado desde cachorro y me hizo caer. Me levanté maldiciendo, tomé otra vez las camperas y retomé mi camino, pero a los pocos metros otra vez el perro me hizo caer. De la bronca, lo tomé
y le dije "Estás jodiendo, entonces venís con nosotros a Malvinas" y lo subí al camión.
Al ver el perro, el soldado Cepeda me preguntó asombrado - "¿Y eso mi Cabo Primero? ¿Como se llama el perro?"
Entre risas le contesté - "Desde hoy se llama Tom, porque vamos al Teatro de Operaciones Malvinas"
Al poco tiempo se transformó en el ser mas mimado y querido entre todos, pero debíamos ocultarlo de los superiores, por eso en las inspecciones siempre estaba dentro de algún bolso, campera o
saco de dónde solo salía su hocico para respirar.
Luego de unos días de espera en Santa Cruz partimos en un Hércules hacia las Islas Malvinas transportando a nuestro personal, dos cañones Sofma, un Unimog y desde luego a Tom, que para esa altura
ya era otro soldado movilizado del Grupo de Artillería 101.
En Malvinas Tom se comportó como un bravo artillero. Cuando tirábamos con la máxima cadencia de fuego hacia los británicos, él se paraba delante del cañón como el mejor de los combatientes;
siempre ladraba y jugaba con aquél que estaba bajoneado en los momentos de calma para darle ánimo; cuando había "alerta roja de bombardeo naval" era el primero en salir del refugio para buscar a
los más alejados y el último en entrar a cubrirse; y muchas veces su instinto canino presintió los bombardeos aéreos antes que se gritara la alarma, lo cual manifestaba con ladridos que ya
conocíamos. Compartía con nosotros la comida y los soldados le fabricaron un abrigo con los gorros de lana y bufandas.
El 11 de junio, a las 11:15 hs, un avión pirata se lanzó frenéticamente sobre nuestra posición bombardeando nuestro cañón y haciéndolo estallar, nosotros corrimos a cubrirnos y Tom, como siempre,
parado sobre una roca ladraba dando la señal de alerta.
El avión efectuó otra pasada, esta vez ametrallando con furia nuestra tropa que repelía el ataque con fusiles, en ésta oportunidad varios fueron heridos (yo entre ellos), y Tom, que corría
avisándoles a los más distantes fue alcanzado por las esquirlas.
El humo y el olor a pólvora cubrieron el lugar. Como pudimos, heridos, buscamos a Tom y lo encontramos tendido sobre una piedra inmóvil, con sus grandes ojos negros mirándonos y despidiéndose
lentamente de sus camaradas.
Allí quedó para siempre nuestro cañón y el mejor testigo de esta Gesta, nuestro querido Tom. Allá en la fría turba malvinera él es otro bastión argentino, que junto a los héroes que dieron su
vida por la Patria , significan soberanía y un especial estilo de vida.
Cuando volví al continente, en honor a él, todos los perros que tuve se llamaron Tom y mientras yo viva así lo haré.
Tom en Malvinas fue mi mejor amigo. ¡Y yo... jamás olvido a mis amigos!
(Fuente: Relato del Cbo 1º VGM Omar Liborio del GA 101 EA)
Informe especial
Cuando el submarino Santiago del Estero desembarcó secretamente en una playa desierta de las islas Malvinas a 40 kilómetros de Puerto Argentino en
octubre de 1966, uno de sus tripulantes y capitán de corbeta Juan José Lombardo no soñaba que 16 años después sería el planificador de la invasión en 1982 y comandante del “Teatro de Operaciones
Malvinas” en la guerra. Tampoco incidió en su posterior designación: ningún marino en actividad sabía que había sido uno de los protagonistas.
Aquel desembarco formó parte de un largo juego de guerra en torno de la recuperación de las islas Malvinas, que retomó como hipótesis el almirante Eduardo Massera en
1977 y que, finalmente, culminó en 1982 con la invasión y la búsqueda de oxígeno político para el Proceso que agonizaba. La invasión a las islas fue una de las pocas decisiones confidenciales que
las Fuerzas Armadas lograron mantener. Aunque ya para diciembre de 1981 ocho almirantes de la Marina sabían de la decision de ocuparlas, lo ignoraba un miembro de la junta militar: el brigadier
Lami Dozo, comandante de la Fuerza Aérea, mientras el general Mario Benjamín Menéndez recién se iba a enterar el 1 de marzo.
Convenciendo al general
Anaya había pensando la operación cuando peleaba con las lecciones de inglés en Londres en la Agregaduría naval. Ya como comandante de la Armada, el 9
de diciembre de 1981 lo había convencido en una comida con sus esposas al comandante en jefe del Ejército, el general Leopoldo Fortunato Galtieri, diciéndole que él le abría el camino para
derrocar al general Roberto Viola de la presidencia. Pero tenía un precio: que apoyara la ocupación de las islas Malvinas. En los tres meses del conflicto más inesperado de la historia
contemporánea, las “operaciones secretas” de ingleses y argentinos durante la guerra de las Malvinas fueron por lo menos siete. Del lado británico, son difíciles de reconstruir porque creen en la
ley de secretos de Estado y la respetan. Para los militares argentinos, la derrota fue tan traumática y vergonzante que nadie se atreve a escribir una historia oficial o a admitir que hubo héroes
que están olvidados y muchos, desamparados. Los errores, horrores y épicas de la guerra de las Malvinas se conocen con cuentagotas, y hay más reconocimientos a la actuación de los militares y
soldados argentinos en libros y documentales hechos por los británicos que en su propio país. Este relato es el fruto de una investigación que incluyó docenas de horas de conversación con los
protagonistas de la guerra de las Malvinas en la Argentina y Gran Bretaña entre agosto de 1982 y diciembre de 1985. A muchos que ayudaron a reconstruir las operaciones secretas del conflicto
anglo-argentino no se los identifica a su propio pedido. Algunos han muerto y la mayoría de los militares involucrados están en situación de retiro.
Rumbo a las islas
En 1966, al comando del hoy fallecido capitán de fragata Horacio González Llanos y con Lombardo como segundo, el viejo submarino de origen
norteamericano “Santiago del Estero” se desprendió de la “task force” argentina que había cumplido sus ejercicios anuales en las cercanías de Puerto Pirámides y navegó durante cuatro días hacia
las islas. Aunque la tripulación creía que se dirigían a Mar del Plata, su base original. “Nos enteramos después que el comandante recibió la orden del almirante Benigno Varela, jefe de la Armada
en 1966, de dirigirnos hacia la isla Soledad”, contó a Clarín uno de los oficiales que participó. Navegaron en inmersión y el submarino subió a la superficie con sus 85 tripulantes al atardecer.
Dos patrullas de seis hombres cada una partieron hacia la playa, que estaba a un kilómetro y medio de distancia, en botes. La misión era reconocer si esa playa era apta para un desembarco
argentino. Pero el primer intento fue un fracaso: la patrulla se perdió, el submarino los recogió de los kayacs arrastrados por la corriente marina y volvieron a sumergirse. Emergieron nuevamente
al atardecer del día siguiente y consiguieron cumplir su objetivo.
El kelper no anunciado
En su análisis preparatorio, los riesgos estudiados eran mínimos. La playa era desértica y pantanosa y el único problema podría ser que varara el
submarino. La gente no estaba incluida en el cálculo de las probabilidades. Pero el poblador apareció al amanecer. Un kelper somnoliento y sorprendido “aproximadamente de 40 años” se encontró
frente a los militares argentinos uniformados, sin darse cuenta de que su vida corría peligro. El comandante González Llanos optó por una solución piadosa: le vaciaron una botella de whisky en la
boca, lo abandonaron en la playa y partieron hacia el Santiago del Estero. La operación fue tan secreta que ni siquiera figura en el currículum de los tripulantes. Solo la conocían el
nacionalista almirante Varela y Juan Carlos Boffi, comandante de la flota de mar. Varela lo admitió en su casa de Boulogne 16 años después ante esta periodista. “Supimos guardar el secreto. No se
lo conté ni a mi mujer. Usted es la primera en saberlo”, relató uno de los tripulantes. La playa elegida por el Santiago del Estero no fue utilizada en 1982 para el desembarco argentino. Las
fuerzas militares optaron por playas más cercanas a la capital de las islas.
No puede hablar con nadie
En diciembre de 1981, el proceso militar se ahogaba y el vicealmirante Juan José Lombardo denunció en la reunión del Almirantazgo “la descomposición
del país y la necesidad de encontrar una solución política”. Amenazaba con su pase a retiro y ni siquiera logró calmarlo ese largo paseo en yate con su esposa al que lo invitó el comandante de la
Marina, Jorge Anaya. El submarinista Lombardo había estudiado en la Escuela Naval Francesa, era terrateniente en Salto, nacionalista y con una visión más humanitaria del mundo que sus pares de la
época. Se sorprendió cuando el 15 de diciembre, el comandante lo convocó a su despacho en el Edificio Libertad para promoverlo y designarlo comandante de operaciones navales. La orden inmediata
lo dejó paralizado: “Vamos a ocupar las Malvinas. Usted será el encargado de planificar la operación. No puede hablar con nadie, a no ser con sus cuatro colaboradores inmediatos”. El alto y
elegante vicealmirante Lombardo partió hacia Bahía Blanca para planificar la operación que desafió la lógica y la imaginación de los servicios de inteligencia de la guerra fría. Hasta entonces,
el enemigo argentino era Chile y no los ingleses, y los fantasmas de la junta militar no eran otros que los miles de desaparecidos de la represión ilegal y la presión internacional que se ejercía
para que se diera a conocer su paradero, y el fracaso del plan económico llevado adelante por el ministro José Alfredo Martínez de Hoz . Ante este cuadro político y en el mes de octubre de 1981
cuando era comandante de la flota de mar, Lombardo se reunió con Anaya y le dijo: “¿Por qué no hacemos en las islas Georgias lo que hicimos en Thule en 1976?”. Thule es una isla deshabitada en el
archipiélago de las Sandwich del Sur. En un intento de pulsar la reacción inglesa y “reafirmar soberanía”, siete militares de la Marina argentina la habían ocupado en 1976 al ser desembarcados
por un barco de la fuerza que cumplía con su campaña anual antártica. Los ingleses habían reaccionado tardíamente, con tibieza y solo presentaron una protesta formal. La Marina había instalado
una Bandera argentina y pretendía fijar en Thule un hito de soberanía: oficiales desarmados que emitieran al mundo partes meteorológicos, comunicaciones de radio y los ojos puestos en la
ratificación del Tratado Antártico en 1991.
La ex primer ministro de Gran Bretaña Margaret Thatcher estaba dispuesta a usar armas nucleares contra el territorio argentino en el marco de la Guerra de Malvinas
en 1982, según revela un libro sobre el ex presidente francés Francois Mitterrand.
La intención de Thatcher de usar cargas nucleares para definir la guerra por las Islas Malvinas fue abortado por la decisión de Mitterrand de colaborar con la "Dama
de Hierro" y proporcionarle información sobre las armas que Francia le había vendido a Argentina.
Esta versión está contenida en un libro que se hará público esta semana en Paris y que firma Ali Magoudi, psicoanalista del presidente francés en ese tiempo, y que
brinda nuevos datos la guerra en el Atlántico Sur.
En el texto, se sostiene que Francia colaboró con Gran Bretaña entregando información vital sobre los códigos secretos de los misiles Exocet que Argentina adquirió a
principios de la década del ochenta.
Con estos datos los misiles franceses quedaron "sordos y ciegos" y fueron facilmente anulados por la defensa británica que había sufrido en carne propia la
efectividad de esta arma cuando fue hundido la frágata Sheffield.
Mitterand en esas consultas con su analista debatía su preocupación por el sentido de esa guerra y la "tosudez" de la premier inglesa, que "amenazó" con lanzar un
ataque nuclarae al territorio argentino si Francia no colaboraba. Mitterand definió en esa sesiones a Thatcher como "una mujer desenfrenda" y acotó según el libro de Ali que "Ella está furiosa y
me acusa a mi de este nuevo Trafalgar (por el hundimiento de la fragata). Me vi obligado a ceder, ella tiene ahora los códigos. Si se sabe que los franceses neutralizan las armas que venden, será
un tema serio para nuestras exportaciones".
Luego del hundimiento del crucero General Belgrano, el 2 de mayo de 1982, cuando estaba fuera de la zona de exclusión impuesta arbitrariamente por Gran Bretaña en la
zoan de Islas Malvinas, la Argentina contraatacó con un certero ataque contra el Sheffield, una de las principales naves de los británicos, que se hundió con un certero misil disparado desde un
avión Super Etendart.
Este ataque puso en alerta a Thachert, quien temió que la operación destinada a expulsar a los argentinos de las islas fuera un fracaso. En ese escenario, la primer
ministro "presionó" a Mitterrand quien reveló los códigos de esos misiles y torció el destino de una batalla desigual.
El presidente francés, de origen socialista, fue el primer mandatario en dar apoyo a Gran Bretaña luego de la invasión argentina, inclusive antes de que Estados
Unidos, con Ronald Reegan, hiciera lo propio.
Sin embargo, en el mismo momento del ataque a la fragata inglesa, Thatcher decidió el envio de cuatro submarinos nucleares a la zona de conflicto, y según
investigaciones posteriores realizadas por el Partido Laborista inglés, tenían como objetivo lanzar una bomba nuclear sobre Córdoba, si la situación de la guerra se complicaba para Gran
Bretaña.
Mitterand se quejó en esas sesiones de terapia la actitud de la inglesa de ir a pelear por "unas pequeñas islas poblada por tres ovejas peludas y
congeladas".
"Afortunadamente cedí ante ella. Garantizo que de otro modo, el metálico dedo de la dama hubiera oprimido el botón", afrimó el presidente galo, según cita el libro
"El Psicoanalista de Mitterrand".-
La nueva arremetida británica por el petróleo del Mar Argentino cercano a las Islas Malvinas, ha provocado que el misterio acerca del ataque al portaaviones británico durante 1982, vuelva al centro de la escena.
El 30 de mayo de 1982, el portaaviones HMS Invincible es atacado por la Aviación. ¿Averiado o hundido? Gran Bretaña niega el hecho, pero mapa de prospección
petrolera develaría el misterio de su hundimiento tras 28 años...
La nueva arremetida británica por el petróleo del Mar Argentino cercano a las Islas Malvinas, ha provocado que el misterio acerca del ataque al portaaviones
británico durante 1982, vuelva al centro de la escena.
El 30 de mayo de 1982, en una operación sin precedentes, la Armada y la Fuerza Aérea, en forma conjunta, atacaron con un misil Exocet al corazón de la flota
imperial: al portaaviones HMS Invincible.
Tras emitir varias versiones sobre las acciones del día del ataque, Gran Bretaña jamás reconoció que se haya atacado al buque británico. Argentina posee la prueba en
dos testigos de lujo: Ureta e Isaac, pilotos de la Fuerza Aérea, quienes atacaron la nave enemiga.
Muchos indicios, datos, imágenes y fotografías que aparecieron a lo largo de casi 30 años, demostraron que el portaaviones había sido atacado, y hasta para algunos
pocos historiadores, el buque podría haberse hundido y Gran Bretaña ocultado el hecho.
Hace pocos meses, tras iniciarse las exploraciones en búsqueda de petróleo, las autoridades de las Islas Malvinas emitieron un mapa donde se detallaba las tumbas de
guerra, buques hundidos alrededor de Malvinas de la primera Guerra Mundial y del conflicto bélico de 1982.
El mapa con fondo azul de la izquierda, muestra la ubicación de los buques, en el día de los ataques respectivos. Es un mapa confeccionado por la Armada Argentina y
mostramos en este caso resaltados al Sheffield (04/05), Atl. Conveyor (25/05) y al portaaviones Invencible (30/05).
El mapa de la derecha con las Islas en color verde, fue suministrado por el Gobierno de las Islas, a los técnicos británicos que realizan los trabajos de exploración
petrolera y hasta se puede observar por internet.
El mapa muestra en color azul los seis buques hundidos en la Primera Guerra Mundial, en la batalla marítima entre Alemania e Inglaterra. En color rojo, los buques
argentinos e ingleses hundidos en 1982. Lo curioso es que si uno se toma el trabajo de estudiar la totalidad de los blancos atacados y las coordenadas de sus hundimientos, hay un punto rojo que
sobra.
¿El misterio llega a su fin?
Hay un barco de color rojo (mapa inglés), que se ubica cerca de donde el portaaviones HMS Invincible fue atacado el día 30 de mayo de 1982, siguiendo el mapa de la
Armada. No hay información de otro buque de guerra que haya sido averiado o atacado en esas coordenadas, a excepción del portaaviones Invencible.
El HMS Sheffield se hunde el día 10 de mayo por la mañana, 5 días después de ser atacado por un Exocet. El Sheffield navegó cinco días hacia el este buscando las
Islas Georgias para salvar su carga nuclear, pero humeante y remolcado, con olas de hasta seis metros de altura se hundió a pocos kilómetros de donde fue atacado, según consta en las actas
oficiales y la bibliografía de la Real Armada.
Casi al lado se encuentra el Sir Galahad, hundido por los propios británicos el día 25 de junio como tumba de guerra. El Atlantic Conveyor, buque portacontenedores,
se hunde el 28 de mayo, tres días después de sufrir el impacto de dos Exocet. La distancia de los hundimientos de estos buques es mayor a 100 kilómetros con el punto rojo misterioso.
Por las coordenadas del día del ataque (30/05) según la Armada Argentina y la bibliografía existente, la tumba de guerra que nos muestra el mapa británico, pertenece
entonces... ¿al portaaviones HMS Invincible?
El mapa nos muestra que hay un buque hundido como resultado de la Guerra de Malvinas, y declarado como tumba de guerra, que no ha sido reconocido por Gran Bretaña. Y
si analizamos los blancos atacados que navegaban en esa zona, no hay otro más que el portaaviones británico el que puede figurar en dicho mapa. Sin dudas este dato es un fuerte indicio para
quienes respaldan la hipótesis del hundimiento.
Cargas nucleares: ¿posible desastre ecológico?
Si el buque de guerra que reside en las frías aguas del Atlántico Sur se trata efectivamente del portaaviones británico, cabe preguntarse, ¿qué paso con las cargas
nucleares que llevaba? ¿Fueron rescatadas antes del hundimiento, o bien se hundieron junto al buque?
Esta pregunta nos demuestra que tras casi 30 años del conflicto bélico, conocer la verdad de lo que sucedió con este barco, tiene efectos al día de hoy.
Así como el Sheffield pudo haberse hundido con cargamento nuclear, que puede provocar un desastre ecológico frente a las costas argentinas, ¿qué sucede con este otro
buque? Pues Gran Bretaña reconoce que la mitad de las cargas nucleares que se llevaron a Malvinas, estaban en el portaaviones Invincible.
En los próximos días, daremos a conocer dos nuevos informes sobre este tema, y trataremos de llegar a la verdad de lo sucedido, con el fin de que los gobernantes
argentinos, tengan en cuenta que no solo la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas está en juego, sino que además, la fauna marina del Atlántico Sur, puede correr un gran peligro si es que
no se toman las medidas necesarias.
Fuente: El Malvinense - Publicado el 28 Mayo 2010
EL MISTERIOSO CASO DEL HUNDIMIENTO DEL VLCC "HERCULES" DURANTE LA GUERRA DE MALVINAS
Hechos
El buque tanque perteneciente a United Carriers, una corporacion con base en Liberia, charteó uno de sus tanqueros, el VLCC "Hercules" a Amerada Hess Shipping Corp.,
tambien de Liberia (banderas de conveniencia). El contrato, firmado en NY, estipulaba que Amerada Hess transportaría petróleo crudo en el Hercules desde el oleoducto Trans-Alaska en Valdez,
alrededor del Cabo de Hornos hasta la refinería de Hess en las islas Vírgenes. El 25 de Mayo, el Hercules comenzó el viaje de retorno, sin carga pero con su combustible completo, desde las islas
Virgenes a Alaska.
Debido a las condiciones de guerra entre Argentina y Gran Bretaña en ese momento, los EEUU informaron a ambos la la ubicacion de los buques de su bandera y de
tanqueros liberianos pertenecientes a intereses americanos (o sea buques americanos bajo otras banderas de conveniencia) que en ese momento estaban atravesando el Atlántico Sur - incluyendo el
Hércules - para evitar ataques a buques neutrales.
Segun lo informado en el juicio hecho a la Argentina por Amerada Hess, United Carriers e Intertanko (amicus curiae) (quienes pedian USD 10 millones por el barco y
USD 1.9 millones por el combustible) y denegado por la Corte Suprema de los EEU, el 8 de Junio de 1982, luego de una parada en Brazil, el Hercules estaba en aguas internacionales a unas 600
millas nauticas de Argentina y 500 m.n. de Malvinas, teóricamente fuera de la zona de guerra marcadas por Argentina y Gran Bretaña.
A las 12:15 hora de Greenwich el capitan hizo un informe rutinario a las autoridades Argentinas, proveyendo la ubicacion del buque, nombre, call sign internacional,
registro, velocidad, curso y descripcion del viaje. Unos 45 minutos después, un avion militar Argentino comenzó a describir círculos arriba del Hércules.
El capitan repitió su mensaje a las autoridades Argentinas, quienes dieron confirmacion de su recepcion. Unos seis minutos más tarde otro avion argentino comenzó a
bombardear al Hercules; el capitan de inmediato izo una bandera blanca. Un segundo bombardeo siguió en corto tiempo, y un tercero unas horas mas tarde, cuando un avion jet argentino impactó al
buque con un cohete aire-superficie.
Dañado pero no destruído, el Hercules revertio su marcha y se dirigio hacia Rio de Janeiro, el puerto seguro más cercano. En Rio de Janeiro United Carriers determino
que el buque había sufrido daños extensos a la cubierta y casco y que una bomba sin detonar estaba en su tanque No. 2. Luego de una investigacion por la marina Brasileña, United Carriers decidio
que sería muy peligroso retirar la bomba sin detonar y el 20 de Julio de 1982, el Hercules fue hundido a 250 millas de la costa brasileña.
Argentina siempre nego que hubieran sido sus aviones los que atacaron al buque. Por supuesto detrás de todo ésto puede haber juicios millonarios en otras cortes y
dificilmente se sepa la verdad, por lo que aquí haremos solo un ejercicio de imaginacion. Nada de lo que aqui se escribe puede tomarse como una verdad o afirmacion absoluta. Solo nombramos datos
sueltos y rumores o repetimos comentarios hechos a titulo personal al suscripto.
Las sospechas
Quizas se sospechaba que este buque habia aprovisionado a la Flota Británica y por eso se decidio atacarlo, como una venganza o un ejemplo para otros buques.Esto es
un poco difícil de creer. Por empezar, el itinerario y especialmente los puertos de escala de un buque son difíciles sino imposibles de adulterar o modificar, en particular con un juicio de por
medio. La particular ruta que hacía este buque, sumado al hecho de estar charteado por una empresa petrolera conocida como Amerada Hess indica que el contrato era a largo plazo, y el armador no
va a 'desviarse' para obtener algún rédito momentáneo. Este 'desvío' además indicaba que si efectivamente el buque llevaba una carga destinada a la flota británica ésta tendría que haberse
cargado ya originalmente como tal, otro punto difícil de ocultar.
Adicionalmente, buques de éste tamaño normalmente llevan petróleo crudo destinado a refinarse en instalaciones de la cia. dueña de la carga (tal cual indica el
informe judicial) y NO los distintos grados de combustible refinado destinado a la propulsión de barcos de guerra y aviones. En Ascension puede haber tanques de almacenamiento, pero seguramente
no hay una refinería. Además, la flota británica no sólo contaba con buques de aprovisionamiento para efectuar trasvases en el mar, sino también con petroleros puros (sin equipo de trasvase
sofisticado), destinados a justamente alimentar a los buques de aprovisionamiento.
El listado de buques britanicos tanqueros incluye:
Buques mercantes charteados para esa tarea:
"British Esk", "British Tay", "British Test", "British Tamar", "British Trent"y "Anco Charger", de 15.600 grt; "British Dart", "British Wye", "British Avon" de
15.600 grt; "Alvega" de 33.300grt; "Eburna" de 19.800 grt y "Balder London" de 20.000 grt.
Tanqueros de la Flota "Olmeda" y "Olna" de 36.000 tons; Tidepool y Tidespring, 27,400 tons; Blue Rover, de 11.500 tons.
Buques tanque de apoyo, que normalmente llevan combustible entre terminales y depositos, pero tambien aprovisionan a los tanqueros de flota y a otros barcos, todos
de 26.000 tons Appleleaf, Brambleleaf, Bayleaf, Peralleaf y Plumleaf.
Como se ve, habia bastantes buques británicos ya operando como tanqueros. Todo esto lleva a sospechar que el Hercules no tenía nada que ver con un supuesto
aprovisionamiento de combustible.
El buque
Un petrolero de 220.000 toneladas es un VLCC (Very Large Crude Carrier) o sea un barco de una manga de arriba de los 50 metros y una enorme eslora. Dado su tamaño no
pueden pasar por el Canal de Panamá y por ello deben usar el paso del Cabo de Hornos, no tienen otra alternativa, por lo que su paso por la zona está justificado. Un buque de este tipo no puede
hacer transvase de su carga (suponiendo que hubiera llevado combustibles refinados) en alta mar, a menos que haya calma chicha, esto solo se hace a boyas de descarga especiales o en muelles
especiales.
Las dudas
Si el buque venia de las islas Vïrgenes, cargado hasta el tope de combustible para sus máquinas (pedian 1.9 millones de dolares por perdida del combustible) que en
teoria le servian para llegar hasta Alaska a cargar nuevamente; entonces porqué paro en Río de bajada?
El ataque
La resolución judicial de USA dice que el buque había cargado crudo en Alaska, había doblado el Cabo de Hornos y navegado hacia las islas Vírgenes en el Caribe,
donde había dejado su carga. El buque se encontraba navegando hacia el Sur, en lastre y presumiblemente en viaje nuevamente hacia Alaska para levantar un nuevo cargamento de crudo para llevar
hacia las islas del Caribe (algunos libros británicos indican que el buque navegaba hacia el N, otros consignan un rumbo S. En el punto donde todos los libros británicos coinciden es que el
HERCULES fue avistado y seguido por un C130 Hercules, pero que el ataque fue realizado por aviones Canberra que arrojaron un total de 8 bombas, de las cuales una alcanzó al
buque).
No obstante lo dicho arriba, versiones muy firmes dicen que el ataque fué hecho por un Hercules C-130, porque dicen entonces que los atacó aviones jet? Si los
Canberra Argentinos hubieran atacado un buque de ese tamaño, seguramente hubieran hecho varios blancos, imposible errar. También se habrían publicado fotos en Combat Aircraft Vol 6 # 5 de un
C-130 Argentino (TV-68) con seis bombas FAS 250 e inclusive en el museo Malvinas de Córdoba habria una foto del pilon con bombas y la mira de bombardeo en la cabina. (noten el tiempo verbal, ya
que no las he visto personalmente). Se dice tambien que el C-130 habria hecho blanco con tres bombas.
Que la bomba no haya estallado es muy típico de los ataques realizados por la Fuerza Aérea Argentina en Malvinas, lanzaban tan cerca del blanco que las espoletas no
tenian tiempo de armarse. Que no hayan sacado la bomba tiene tambien su razón, la fragata Antrim recibió una bomba que no explotó, pero al tratar de desarmarla voló y murieron varios tripulantes.
Aunque a un buque Argentino mercante le pasó lo mismo (atacado por error), con gran valentía siguieron y desarmaron la bomba.
El hundimiento
Según lo dicho por los armadores, "la marina brasileña investigo el tema y United Carriers decidio que sería muy peligroso retirar la bomba sin detonar." Lo que sí
se sabe con certeza es que el buque fue llevado a unas 250 millas de la costa y hundido allí, con la presencia de un destructor de la marina del Brasil que retiró a los tripulantes. Algunas
versiones dicen que previamente se le descargó el combustible (cosa lógica para evitar contaminacion, ya que combustible por un costo de 1.9 millones es mucho líquido!), pero sin embargo Amerada
Hess solicito indemnizacion por el mismo.
Cómo se realizó el hundimiento? Los buques no tienen valvulas de hundimiento, como muchas veces muestran las películas y mucho menos un superpetrolero. Nadie quiere
hundir un buque a propósito! Si se abren las entradas de agua de refrigeración, solo se inundaría la sala de máquinas hasta un cierto nivel, que es una pequeñisima parte del total, por lo que un
buque de este tipo seguría flotando. Lo hundió el DD brasileño a cañonazos? o con cargas explosivas?
.
Opinión del editor del diario The Guardian: Por la crisis, piden devolver las Malvinas
El periódico británico, que últimamente viene dando una visión de la Argentina que contradice el discurso del resto de la prensa europea, ahora manifiesta razones
políticas y económicas para “deshacerse de las Falklands”.
Deshagámonos de las Falklands”, titula el británico The Guardian un artículo escrito por el periodista Peter Preston. El autor de la nota sabe muy bien de lo que
habla, ya que no sólo fue editor de ese medio durante 20 años, sino que lo hizo precisamente entre 1975 y 1995, uno de los momentos más oscuros de la historia argentina que incluyó la guerra con
la que la dictadura pretendió perpetuarse.
El inglés apunta su crítica sobre los vientos de “politiquería” londinense que soplan aún sobre las Malvinas en el preciso momento en que el vendaval de la crisis
financiera mundial azota las costas del archipiélago británico. “Simplemente: si estamos en bancarrota, ¿por qué seguimos aferrados a estas islas que ya no tienen ningún sentido ni político ni
económico?”, se pregunta.
“¿Cuánto cuesta –prosigue– mantener en las Malvinas un aeropuerto abierto y defendido por cuatro aviones Typhoons, tres estaciones de radar, una gran variedad de
unidades de artillería, un destructor, más de 1000 soldados y algún submarino en alguna parte? Y no nos olvidemos de los cursos de golf y natación además de los kilómetros que hay que recorrer
para hacer llegar los suministros a las islas.”
Preston arremete contra los “viejos lobos de mar y almirantes retirados” partidarios de la “seguridad” y que defienden una flotilla de portaviones que cuesta más de
5 mil millones de libras esterlinas, redordándoles que estos son tiempos de ajustarse los cinturones en el viejo continente.
Pero hay otro argumento irrefutable: “Usemos un poco de sentido común: el gobierno argentino, instalado en una continuidad democrática desde hace tiempo, no va a
invadir a nadie por lo que se puede ver. Ha renunciado expresamente a retomar las Islas Malvinas por la fuerza (lo que por otro lado es la única opción práctica que le permite su frugal
presupuesto militar).” En un típico toque irónico , Preston dice que pese a esto, si lo desean los contribuyentes, se pueden seguir gastando millones de libras para “apoyar a los 3000 o más
malvinenses que viven a 8000 millas de distancia para que sigan su tradicional estilo de vida británico de pesca y agricultura”.
“Aferrarse a las Malvinas no es sólo un drenaje sin fin de recursos, también es un sustancial factor de irritación constante de nuestras buenas relaciones con
América del Sur (por no hablar con la administración Obama y una ONU que se estremece aún con todo pasado colonial). Tal vez las exploraciones de aguas profundas en torno a las islas puede dar un
poco de petróleo al fin y al cabo, pero cualquier cosa que hagamos dependerá de la asociación con la Argentina, así como con la forma en que British Petroleum se maneje en océanos
turbulentos”.
Este “viejo lobo del periodismo” de 78 años concluye su nota con una sugerente propuesta: “Los malvinenses y sus descendientes pueden permanecer donde están bajo una
soberanía compartida o ir a la Argentina para vivir como los antepasados de los inmigrantes galeses que instalaron su estilo de vida en la Patagonia. También pueden elegir venir a Gran Bretaña y
transformarse en una simple gota en nuestro océano de migrantes.”
Fuente: El Argentino.com
El estado judío no sólo estuvo dispuesto a aprovisionar al gobierno de Leopoldo Fortunato Galtieri en todo lo que necesitó sino que, también, se mostró proactivo para asesorarlo y transmitirle sus experiencias en combate. Todo esto sale a la luz, por primera vez, en el libro Operación Israel: El rearme argentino durante la dictadura (1976-1983), que Enfoques adelanta en forma exclusiva.
Los problemas para la Argentina se fueron incrementando a medida que los ingleses aumentaron su presión, no sólo con los bloqueos sino, también, con el avance de sus tropas hacia el sur. Así, los bombardeos sobre las islas tornaron cada vez más desesperante la situación del país, ya que carecía de opciones para remplazar los equipamientos que iba perdiendo en el frente.
Esto llevó a los militares a salir en busca de países y traficantes que les vendieran armamento a cualquier precio. Pocos respondieron. Uno de ellos fue Israel, quien ya se había convertido en su proveedor en 1978, en pleno conflicto del Beagle con Chile.
En seguida, la Fuerza Aérea (la de mayor trato con Jerusalén) se contactó con Isrex Argentina, la representante en Buenos Aires de las fábricas de insumos bélicos del estado judío, para pedirles lo que necesitaban. Su titular, Abraham Perelman, se mostró dispuesto a ayudarlos, aunque antes debió pedir autorización a la casa central de la compañía, en Tel Aviv.
El problema era de tal magnitud que Gad Hitrón, presidente Isrex en Israel, y su jefe Aaron Dovrat, cabeza del grupo Clal (ambos argentinos), tuvieron que solicitar una entrevista con el primer ministro Menajem Beguin para tomar una decisión. Su respuesta los sorprendió.
"Le empezaron a explicar que las Malvinas eran Argentina y que los ingleses y qué se yo. Beguin los interrumpió y les dijo: 'A mí ustedes me vienen a hablar mal de los ingleses. ¿Esto se va a usar para matar ingleses? Kadima (adelante). Dov desde arriba va a estar satisfecho de esta decisión que tomé. Eso sí, por supuesto, me lo hacen todo bien'", cuenta Israel Lotersztain, vendedor de Isrex Argentina.
Inglaterra administró la región de Palestina luego de la Primera Guerra Mundial hasta la partición realizada por la ONU, que permitió la creación de Israel en 1948. En esos tiempos, distintos grupos armados judíos buscaron erosionar el poder de Londres mediante atentados para que cumpliera con la promesa de fundar un estado hebrero en la zona. Menajem Beguin fue comandante del Irgún, uno de estos grupos, donde también participaba su amigo Dov Gruner, quien fue capturado por los británicos cuando preparaba un ataque y ahorcado el 16 de abril de 1947. Por eso sintió que saldaba una cuenta. "Odiaba a los ingleses más que a cualquier otra cosa. Todos se habían olvidado, pero él no", continúa Lotersztain.
Su compañero de trabajo, Jaime Weinstein, coincide y agrega que "Beguin tenía un profundo odio y resentimiento con los ingleses desde la época de la independencia de Israel. Entonces, hizo todo lo posible para ayudar a la Argentina, vendiéndole armas durante la guerra de Malvinas".
Apenas terminó la reunión, Hitrón les comunicó la decisión a sus empleados en Buenos Aires, quienes fueron al Edificio Cóndor a transmitir la novedad. Sólo quedaba buscar un país que apareciera como comprador. Israel precisaba triangular las armas a través de un tercer país ya que mantenía relaciones cercanas con Inglaterra (comerciales y a través de su comunidad judía, una de las más importantes del mundo) y no quería quedar como que estaba apoyando abiertamente a la Argentina en contra de Londres.
La ruta del Callao
Perú estuvo dispuesto a colaborar en todo lo que necesitaran los militares para adquirir armamentos. Esa fue la orden que dio su presidente Fernando Belaunde Therry y que implementó su primer ministro, Manuel Ulloa.
A tal punto llegó la ayuda que la Fuerza Aérea del Perú (FAP) firmó órdenes de compra en blanco y certificados de destino final que fueron enviadas a la Argentina para que pudiera concretarse la triangulación. "La consigna era apoyarlos en todo lo que se pudiera, y no había ningún problema en que se firmara una orden de adquisición", afirma un oficial que llegó hasta los más altos cargos de la Aeronáutica peruana.
Llevaron a cabo las negociaciones el agregado militar en Lima, el comodoro Andrés Dubós y el brigadier general Basilio Lami Dozo, comandante de la Fuerza Aérea Argentina. Una vez que estuvo todo acordado, viajó Luis Guterson, de Isrex Argentina, para recoger los documentos y comenzar la operación.
Esto le permitió a la Argentina adquirir lo que precisaban en nombre de su aliado, hacer los envíos al Aeropuerto del Callao y, desde allí, transportarlos a Buenos Aires en aviones de Aerolíneas Argentinas.
Lo único que no consiguieron fue un banco peruano que les abriera una carta de crédito para realizar los pagos, por lo que Israel terminó financiándole la mayoría de las adquisiciones, que fueron abonadas al final de la guerra.
Aún faltaba conseguir aviones que fueran a Tel Aviv a buscar el cargamento y lo llevaran a Lima. Los primeros dos vuelos se hicieron con unos DC8 de las FAP pero, luego, tuvieron que alquilar otros más grandes para traer cargas mayores, por lo que se usaron los de una compañía privada belga, con bandera de Luxemburgo, autorizada por el servicio secreto israelí, el Mossad.
Sin embargo, a pesar de los resguardos tomados, la inteligencia británica sabía cuándo llegaban al Perú y los fotografiaban mientras traspasaban el material entre las aeronaves, con lo que quedaba en evidencia la triangulación. "Una vez, apareció una foto en un diario cuando se estaba haciendo el traspaso de un avión a otros de Aerolíneas Argentinas. Se la llevó el embajador inglés en Israel a Beguin e hizo un quilombo. Sabían todo. Algunas veces, cuando teníamos una discusión sobre si había llegado algún repuesto, decíamos: 'Tenemos que preguntarles a los ingleses'", recuerda Lotersztain.
Los cinco vuelos que hicieron la ruta Tel Aviv-Lima-Buenos Aires llegaron cargados con todo tipo de equipamientos, como máscaras antigás, sistemas de alerta radar para evitar los disparos de los misiles enemigos, camperas de duvet, repuestos, y misiles aire-aire Shafrir, entre otros.
Pero uno de los que más trascendencia tuvo fueron los tanques suplementarios de combustible que necesitaban los cazabombarderos para atacar a la flota inglesa. Sin ellos, era imposible que llegaran hasta las Malvinas y volvieran al continente. La sorpresa llegó cuando Israel no sólo se ofreció a enviárselos sino que, además, les dio los de 1500 litros, cuando los argentinos tenían los de 1300, con lo que ganaban una mayor autonomía de vuelo.
Esto provocó que los ingleses tuvieran que mover su flota más lejos para evitar los bombardeos. "Tardaron mucho tiempo en autorizar la operación. El precio del flete y del tanque no tenía ninguna importancia comparado con el costo político que Israel estuvo dispuesto a pagar para venderlos. Era una decisión política y creo que les salió bien la cosa, porque en el mundo quedaron como un país confiable", destaca Lotersztain.
La Argentina adquirió 40 tanques que llegaron a Puerto San Julián, Santa Cruz, en dos Boeing 707 de Aerolíneas Argentinas provenientes de Lima. El primero lo hizo en la madrugada del 23 de mayo de 1982 y, el segundo, unos días después, cuando los combates estaban a punto de terminarse.
La operación encubierta
La adquisición más osada que se hizo en Israel durante la guerra de Malvinas fue la de los Mirage IIIC, unos días antes de la rendición argentina, no sólo por su magnitud sino porque la mayoría de las aeronaves eran viejas y estaban bastante deterioradas. Tan es así que su llegada provocó resistencia entre los oficiales, que las consideraban inservibles (de hecho, ya habían sido rechazados en 1980, debido al estado en el que se encontraban).
Pero la pérdida de 35 aviones en los combates llevó a Lami Dozo a ordenar su compra, porque temían que Chile aprovechara este debilitamiento para intentar quedarse con las islas del Canal de Beagle, una vez terminado el conflicto de Malvinas. "Cuando comenzamos a tener pérdidas, empezamos a hacer una investigación para ver dónde podíamos conseguir reemplazos", afirma el ex miembro de la Junta.
Para ese entonces, habían recibido treinta propuestas de cuanto traficante de armas había en el mundo, ya que era una oportunidad única que nadie quería desperdiciar. Luego de analizar las alternativas, concluyeron que el único proveedor posible era Jerusalén, por lo que consultaron a los miembros de la comisión que los habían revisado dos años antes.
Lami Dozo autorizó al brigadier mayor Ubaldo Díaz a realizar la operación a principios de junio, quien se contactó de inmediato con Isrex Argentina para encargarles los 23 Mirage IIIB/C.
El problema era cómo justificar la compra en medio de la guerra. La solución fue triangularlos a través de Perú. "Llené una orden de compra, que nos habían dado ellos y certificados de destino final, todos firmados en blanco, en la que decía que adquirían 23 aviones", afirma Lotersztain.
Sólo quedaba pendiente arreglar la forma de pago, ya que había que girar primero un anticipo a Isrex y abrir una carta de crédito en un banco, por el resto, para que Israel los liberara. Esto no podía hacerlo una entidad argentina ya que eran para las FAP. Por eso, salieron en busca de alguna institución financiera de ese país o, en su lugar, de Panamá, dispuesta a brindarle este servicio. Todos se negaron.
Para solucionar el problema, Isrex utilizó una cuenta en el Credit Suisse y una empresa fantasma que tenían las Industrias Aeronáuticas Israelíes (IAI) en Suiza y le ofrecieron a la Fuerza Aérea que girara todo el dinero allí por anticipado. Si bien los brigadieres no estaban conformes con la idea, no les quedaban muchas alternativas, por lo que aceptaron la propuesta y enviaron el efectivo.
Entre idas y vueltas, los aviones recién pudieron estar listos para viajar a Buenos Aires a fines de 1982, cuando ya había terminado la guerra. Sin embargo, fueron pintados con las insignias y la numeración de la FAP para evitar cualquier tipo de problema con los ingleses.
Así, el círculo cerraba completamente: se habían adquirido con órdenes de compra peruanas y certificados de destino final en Lima y, ahora, contaban con todas las características que ellos usaban, aunque serían utilizados por la Argentina.
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LA OTRA AYUDA PERUANA
Perú fue el país que más ayudó a la Argentina con armamentos durante la guerra de Malvinas a pesar de que se había declarado neutral. Así, envió un Lockheed C-130/L-100 de su Fuerza Aérea cargado con munición, cohetes, misiles y bombas y se ofreció para tratar de conseguir que Francia le entregara los misiles Exocet que tenía pendientes.
Pero fue imposible. Las presiones de Gran Bretaña fueron más eficaces. Según una alta fuente de la Fuerza Aérea Peruana de la época, la operación no se concretó porque la llevó adelante el agregado aeronáutico en París en lugar de hacerlo la conducción del Arma. "Hubo un problema con unos misiles que habíamos comprado, que nosotros estuvimos ahí de pantalla, pero que no se llegó a concretar. Fue un poco fallida porque no se hizo al nivel que debía hacerse", afirma.
Pero nadie impidió que enviaran diez de los cazabombarderos Mirage VP que tenían en su flota, por los que se pagaron 50 millones de dólares. "Vino una comisión de la Argentina y fue a la base donde estaban los aviones, los examinaron, constataron su operatividad y me dijeron que pensaban que nosotros les íbamos a dar chatarra y que estaban mejores que los que tenían ellos. Se los entregamos con todo lo que tenían de accesorios, misiles teleguiados aire tierra AF-30 y algunos antiaéreos", señala la fuente.
Incluso, diez pilotos de sus escuadrones 611 y 612 los trajeron volando al país a fines de mayo de 1982, atravesando Bolivia con silencio de radio, para evitar que los captaran los radares chilenos. "La transferencia se hizo en el aeropuerto de Salta. Los piloteaban los peruanos y ellos querían seguir y presentarse de voluntarios en la guerra de Malvinas. Les dije que no. Entonces, me preguntaron a dónde los dejaban y les pedí que fuera en el aeropuerto más cercano a la frontera argentina", concluye el brigadier general Basilio Lami Dozo, por entonces comandante de la Fuerza Aérea Argentina y miembro de la última Junta.